
Desde hace ocho años, el Día Internacional del Beso se celebra el 13 de abril para conmemorar el beso más largo de la historia, que duró 58 horas y que fue protagonizado por una pareja tailandesa durante un concurso.
La pareja, de esta forma, rompía su propio récord de 46 horas consecutivas, logrado el 13 de abril del año anterior.
En muchas ciudades, certámenes similares suelen organizarse en esta fecha, que este año -al igual que en 2020- se vio truncada por la pandemia de COVID-19.
En ese marco, una encuesta realizada en los primeros días de este mes demuestra que los besos, tal como los conocemos, se encuentran en pausa por tiempo indefinido.
Esa es la conclusión a la que se llega a partir del último informe de Gleeden, aplicación líder de encuentros extraconyugales, que afirma que el 76% de sus usuarios en Argentina da menos besos desde que empezó la pandemia en marzo 2020.
Con estos datos a la vista, queda claro que los besos son cosa del pasado. Al consultar a los usuarios sobre su experiencia y si pudieron pasar el año entero sin besar, el 55% afirmó que le resultó muy difícil dejar de saludar con un beso a personas cercanas. Sin embargo, el 45% restante afirmó que con mayor o menor dificultad finalmente lograron abandonar esa costumbre.
¿Y qué pasa con los besos de presentación o aquellos con personas no tan cercanas? El 75% admite que no solo besa menos a los cercanos, sino que directamente ha dejado de saludar de esa manera a las personas con las que se encuentra y no tiene confianza. Los principales motivos son, sin dudas, el miedo al contagio y las recomendaciones de los médicos especialistas.