En la noche de ese día, el estadounidense Jack Olivier caminaba por la ciudad de Panamá acompañado de otros connacionales, cuando decidió tomar una tajada de sandía de un puesto callejero.
El vendedor le exigió los 5 centavos que costaba la fruta, pero en lugar de pagarle, Olivier lo insultó.
Se iniciaba así una pelea callejera que pronto desembocaría en una gran pelea entre panameños y residentes norteamericanos que trabajan en el Ferrocarril de Panamá, controlado por capitales de EEUU.
Las tropas panameñas intervinieron y se enfrentaron durante tres días con la guarnición norteamericana que resguardaba el ferrocarril. Los disturbios dejaron 18 muertos y 28 heridos.
Pocos meses más tarde, en septiembre de 1856, Panamá fue invadida por fuerzas norteamericanas con la excusa de proteger el ferrocarril. Los ocupantes fuerzan la firma de un tratado que impone a los panameños el pago de una pesada compensación de 442.000 dólares y la cesión de territorios costeros a Estados Unidos para la construcción de una base naval.