Este sábado a las 11, en los terrenos que pertenecieron a la antigua Reducción guaraní-jesuítica de San José, se celebrará el Día Mundial del Malbec, pero con una particularidad, ya que la ocasión servirá para rememorar la figura del sacerdote Antonio Sepp, quien fuera precursor de las actividades vitivinícolas en la región.
Sepp es uno de los padres más reconocidos de la época de las Misiones, en donde se destacó por diversas actividades, en especial la música. Pasó más de cuatro décadas entre los guaraníes, con una importante trayectoria en Yapeyú, pueblo al que dotó de una característica musical muy marcada.
Su último destino fue el pueblo de San José, en donde, en 1632, publicó su libro “Labores apostólicas” entre las que se encontraba la producción de vino. En el libro escrito y editado por el sacerdote jesuita de Las Misiones, Antonio Sepp, se dedica todo un apartado a la descripción paso por paso de cómo producir vino.
“El lo escribe pocos años antes de morir y se imprime en Alemania, pero la traducción llega al país recién en el 1900 y por ello no está tan difundido ese aspecto del padre Sepp con las labores que hacía en Misiones”, contó a PRIMERA EDICIÓN el sacerdote salesiano, Agustín Borzi, encargado del patrimonio histórico cultural del Instituto Gentilini al formular la invitación a la celebración, bajo el más estricto protocolo biosanitario.
Sepp, quien impulsó la producción vitivinícola en las Misiones, falleció el 13 de enero de 1633, en San José. En ese mismo sitio, se lo recordará en una actividad organizada en forma conjunta por la Academia Nacional de la Vid y del Vino y el Gentilini.
“En su obra, él comienza a describir las variedades de uva que había en la región y se cultivaban en las Reducciones. Es interesantísimo cómo describe sus características en ese trabajo e incluso cita que las uvas de su huerta privada crecían muy bien porque en otras se las comían”, apuntó Borzi con humor.
Primeras “escuelas de enología”
En la época colonial, los religiosos fueron los principales hacedores de vino y hay quienes consideran sus conventos como las primeras escuelas de enología. Los mercedarios, dominicos, franciscanos, agustinos, betlemitas y jesuitas necesitaban del vino para poder celebrar el santo sacrificio de la Misa.
La elaboración a partir del Siglo XVI se debió fundamentalmente a una petición que le hicieron los religiosos al rey, para elaborar en América debido a que el vino que llegaba de Europa no era el suficiente para celebrar misa. Dentro y fuera de sus conventos poseían viñas y bodegas donde elaboraban el fruto de la vid.
“En San José vivían cinco mil guaraníes, de los cuales alrededor de mil eran niños que cuando Sepp se descuidaba se comían las uvas, con lo cual hacía un fuerte control de los viñedos”, se explayó.
Indicó Borzi: “En la actualidad otros productores de vino de las Misiones son Fernando Brys de Alem, Ibachuta de Cerro Azul, Toti Bordakieic de Concepción. Lo interesante de este evento es que hace 300 años, en el 1700 se hacía vino en las Misiones Jesuíticas y se escribió un libro, aquí en San José de cómo elaborarlo en la colonia”.