Entre los seres vivos de nuestro planeta nos destacamos por características físicas y psíquicas muy relacionadas entre sí, como nuestra posición bípeda con la columna vertebral vertical y un mayor grado de inteligencia. Pero eso no es todo. Para que la Energía Vital pueda circular beneficiosamente por sus canales y para que podamos preservar en su correcta forma nuestra estructura corporal, debemos cuidar la postura siendo conscientes de nuestro eje vertical.
Wikipedia nos explica que “es un eje virtual céfalo-caudal que sigue la dirección del hilo de la plomada”. La práctica del Yoga nos ayuda a percibirlo en determinadas posturas, lo que estimula el sano flujo de la energía y beneficia la estrecha relación cuerpo-mente, como primera fase en el desarrollo de la conciencia de cuerpo, mente y espíritu. Ya lo decía Gopi Krishna: “Todas nuestras prácticas penetran inexorablemente en el cerebro… porque el Yoga es concentración sistematizada”.
Pero en la vida cotidiana la atención está en las cosas, funcionamos como en automático, descuidando la postura y dejando encorvar la columna y los hombros. Entonces debemos recordar frecuentemente la necesidad de tomar conciencia de la postura frente a la computadora o mientras realizamos trabajos, leemos, escribimos, atendemos el celular, miramos TV, cocinamos, comemos, viajamos, caminamos o simplemente nos sentamos un ratito. Ya tendremos oportunidad de descansar en completo apoyo.
En realidad, nos habita una energía “dormida”, lo sepamos o no. Al disponernos a meditar y posicionarnos en el eje, como decíamos en la nota anterior, la concentración en esa percepción nos conduce a sentir la leve vibración la energía vital circulando por los canales sutiles del cuerpo, recorriendo nuestros centros energéticos y ascendiendo suave y agradablemente por el canal central hacia los centros superiores. Esta sencilla y grata experiencia de por sí saludable y satisfactoria, nos sugiere que hay etapas más avanzadas del Yoga.
En tal sentido nos recordaba Gopi Krishna que la finalidad y el objetivo de toda forma de Yoga es sintonizar la mente con la conciencia cósmica, considerando que hay “una fuente de energía y fortaleza oculta en el cuerpo que es maravillosa, potente y preciosa para la paz y la felicidad de la humanidad”. Mientras tanto aquí y ahora seguimos cuidando la postura. Namasté.