
“Más vale que te maten y lloren tus familiares, porque es un problema dañar a un delincuente”, dijo el agricultor Héctor Kattz (65), ayer en la conferencia de prensa que brindó junto a su pareja y sus abogados en Oberá.
La frase del trabajador rural, quien estuvo detenido durante seis días tras matar a un hombre que junto a un cómplice fueron con evidentes intenciones de asaltarlo en su chacra de Salto Encantado, fue dicha en el contexto de la situación personal y judicial que atravesó.
Por iniciativa de sus defensores, Kattz estuvo presente ayer en el Club Social de Oberá, donde dialogó con distintos medios.
Ratificó cómo sucedieron los hechos esa noche del sábado 10 de marzo y remarcó su deseo de que “a nadie más le suceda esto”.
El hombre estuvo acompañado por su esposa, Laura Laumann (58), y por los letrados que asumieron su codefensa, Luciano Luna y Claudio Katiz. La pareja de colonos, claramente afectados, se quebró en varios momentos de la conferencia.
El agricultor recordó que esa noche aparecieron los dos individuos en su casa argumentando que “la moto estaba rota, entonces ella (la esposa) salió a atenderlos porque yo estaba en calzoncillos. Me puse un short, salí detrás de ella y ahí pusieron la moto a un costado, bien al lado del portón. Se dio vuelta y cuando me di cuenta ya tenía el arma apuntando hacia mí y me agarró los dos brazos. Me pude zafar porque tenía guantes lisos y corrí hacia el fondo. Ahí vi que la apuntaban a ella y me fui a mi pieza (a buscar el arma). Disparé por la ventana hacia la oscuridad para asustarle y que se vaya, pero no fue así”, relató.
“Nunca pensé en hacer daño, por favor, soy cristiano”, remarcó antes de reflexionar que “ojalá a nadie más le suceda esto, no se hace una idea el shock que es ese momento, estar frente a una cosa como esa, siendo una persona de bien. Cuando usted está a disposición de ellos, que le pueden matar a uno, usted no sabe lo que pensó ni nada, queda neutro”, describió.
Aclaró que “no estoy arrepentido” de haber disparado, pero planteó que “más vale que te maten y lloren tus familiares, porque es un problema dañar a un delincuente”. Al respecto, el abogado Claudio Katiz planteó que “en una situación límite, de vida o muerte, de fracciones de milésima de segundo, estando en riesgo la vida propia o de su mujer (…) nadie tiene el derecho de dejarse matar. Y no está prohibido tener un arma en casa, ahora habrá que buscar el modo de que las autoridades faciliten que el colono pueda registrar esa arma”. Por ello, “vamos a buscar el sobreseimiento definitivo de Héctor Kattz porque ha actuado absolutamente en legítima defensa suya, de su esposa y de su propiedad”. Laumann, la esposa del agricultor, insistió en que “hace 36 años que estamos ahí, nunca tuvimos problemas, somos un lugar de socorro, somos una familia de trabajo, no somos de hacer esas cosas”. Kattz aprovechó también la conferencia para agradecer a todos los colonos que lo apoyaron, “al periodismo que permitió que los hechos se conocieran de inmediato, a las autoridades de Salto Encantado que se movieron desde el primer momento”.

El muerto y su cómplice
El presunto delincuente abatido fue identificado como Sergio Presli (31) oriundo de Buenos Aires y su presunto cómplice, de la misma edad, fue detenido horas después en Campo Grande.
En la indagatoria ante el juez de Instrucción 2 de Oberá, Horacio Alarcón, el sospechoso, de 31 años, se abstuvo de declarar. No obstante, fue imputado por “robo calificado en grado de tentativa”.
El pedido de la defensa
“Homicidio simple con uso de arma de fuego y con exceso de legítima defensa” y “tenencia ilegal de arma de fuego” fue la imputación al colono. Sus abogados pidieron el cambio de calificación a “homicidio con legítima defensa”.