Por: Eugene Czolij
Presidente de la ONG “Ukraine-2050” (*)
Presidente del Congreso Mundial Ucranio (2008-2018)
www.ukraine-2050.org
Las estadísticas son espantosas y sólo empeoran con el paso del tiempo.
Debido a la incesante agresión militar rusa contra Ucrania, desde 2014 más de 13.000 personas han muerto y más de 33.000 han resultado heridas en el Donbas (incluidos civiles y militares), y actualmente hay más de 1,5 millones de desplazados internos en Ucrania.
En general con su reacción, las democracias occidentales han apoyado la integridad territorial de Ucrania y desaprobado las violaciones flagrantes y sistemáticas de Rusia de sus compromisos internacionales, incluidos varios acuerdos de alto el fuego negociados.
Ahora Rusia, una vez más, está aumentando abiertamente su presencia militar en las cercanías de la frontera con Ucrania y multiplica las provocaciones e intimidaciones.
La comunidad internacional ha expresado una gran preocupación y esto es correcto.
Desafortunadamente, los líderes occidentales aún no han comprendido completamente cómo opera el actual zar de Rusia y temen, que una reacción apropiadamente dura a sus peligrosas provocaciones, pueda convertirse en una confrontación militar con Occidente de amplias dimensiones; mientras tanto estas dudas y vacilaciones, Putin las toma como un signo de debilidad y sólo alimentan su insaciable apetito imperialista.
Es por eso, que los líderes occidentales deben responder a las actuales provocaciones de Putin de una manera proactiva, unida y decidida, que proyecte un compromiso inequívoco con la independencia de Ucrania y el derecho a la autodeterminación derivado del rechazo explícito por parte del pueblo ucranio al área de influencia de Rusia sobre Ucrania, como así también, a la paz y la estabilidad regionales. Con Rusia debe tratarse desde una posición de fuerza, ya que ese es el único idioma que Putin comprende.
Mientras los líderes occidentales no proporcionen a Ucrania un camino definido hacia la membresía de la OTAN ofreciéndole el Plan de Acción para la Membresía en dicha organización, Rusia no comprenderá realmente cuál es la posición de la OTAN en este tema. Cualquier ambigüedad sobre esta cuestión estratégica, envalentonará la política rusa de desestabilización regional, incluso en Ucrania, en detrimento continuo de Occidente.
Los líderes occidentales también deberían imponer sus condiciones y un plazo para garantizar una verdadera retirada militar rusa de Ucrania, dejando en claro a Rusia, que corre el riesgo de ser suspendida de la plataforma de pago de transacciones internacionales SWIFT, si no cumple con tales condiciones y plazo.
Después de 7 años, es hora que Occidente envíe un mensaje inequívoco al Kremlin de que el respeto a la integridad territorial de los estados independientes, incluida Ucrania, es esencial y no negociable.
(*) La organización no gubernamental (ONG) “Ukraine-2050” es una entidad sin fines de lucro creada para promover la implementación, en el término de una generación – hasta el año 2050, de una estrategia de desarrollo sostenible para Ucrania, como estado Europeo, plenamente independiente, territorialmente integro, democrático, reformado y económicamente competitivo.