En el último año la inflación escaló un 42,6% en el país. Así, le ganó al aumento de salarios por casi 10 puntos porcentuales, ya que los sueldos sólo crecieron un 32,7%. En marzo de este año, estos ingresos incrementaron un 5% respecto al mes de febrero, pero apenas arriba del 4,8% que registró el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
En el sector formal se registró una suba de salarios del 5,2%, mientras que en el sector privado el aumento fue del 4,3%. A su vez, en el ámbito público la suba fue de 7,5%, dada la actualización definida en paritarias.
Al analizarse por segmentos, la suba fue de 31,5% interanual en el sector privado registrado, de 31,8% en el sector público registrado y de 37,3% en la informalidad.
“Mi mirada sobre estos datos es negativa; si bien en marzo se registró un aumento mensual por encima de la inflación del mes, esto se debe principalmente al efecto de las actualizaciones del salario público que venía muy retrasado”, compartió Nicolás Segal, economista del Instituto de Trabajo y Economía (ITE), a El Diario Ar.
El licenciado detalló que marzo es uno de los meses en los que se puede notar el impacto de las paritarias, entre ellos uno de los tramos de la paritaria estatal nacional. “Por eso en la mirada de mediano plazo, evitando el efecto de los aumentos puntuales de las paritarias, se sigue advirtiendo que el salario está lejos de recuperar lo perdido”, explicó.
Qué contempla el índice
El índice de salarios calcula la evolución de los salarios pagados en la economía dejando a un lado el indicador de variaciones relacionadas con conceptos tales como la cantidad de horas trabajadas, descuentos por ausentismo, premios por productividad y todo otro concepto asociado al desempeño o a las características de los individuos concretos.
La relevancia de este dato yace, entre otros aspectos, en que se usa dentro de la fórmula con la que se actualizan después las jubilaciones y otras prestaciones sociales como Asignaciones Familiares o AUH.
La fórmula de movilidad combina por mitades la variación de la recaudación impositiva por beneficiario que va a la Seguridad Social y de los salarios, y la duda es si logrará compensar o no la inflación. En marzo la fórmula mostró un aumento de 8,07% en base a los índices del cuarto trimestre de 2020, dejándolo por debajo de la suba de precios del período (11,34%). A partir de esto, el Gobierno decidió compensar con un bono.
“Para el análisis de jubilaciones y prestaciones hay que considerar el panorama general, donde previo a la nueva Ley de Movilidad se aplicaron aumentos por decreto que incrementaron la mínima por encima de la inflación, más otras medidas como los bonos de suma fija, reintegros por medicamentos, reintegro de IVA, entre otras, cuyo resultado es que los jubilados y beneficiarios de prestaciones en los tramos más bajos de ingresos pudieron empatar a la inflación o incluso recuperar poder adquisitivo en algunos casos”, destacó Segal.
Cuánto deberían mejorar
La dinámica inflacionaria de los primeros meses del año disminuye las posibilidades de cumplimiento de la meta anual que el equipo económico dispuso en el Presupuesto 2021 y que todavía sostiene, de 29%, mientras que las consultoras prevén casi 20 puntos más, lo que promete ser un golpe para el salario real luego de la caída experimentada desde el comienzo de la pandemia.
Desde marzo de 2020, el índice de salarios del INDEC creció hasta marzo de 2021 un 36,7%, mientras que el IPC aumentó un 47,2%, lo que deja un deterioro en términos reales de 7,1%. Pero el golpe es mayor para los salarios del sector privado registrado, que se incrementaron 34,5% desde el comienzo de la pandemia y las restricciones, lo que significa una caída real de 8,6%.
Los analistas esperan para este año una inflación de 47,3% según la mediana de respuestas del último Relevamiento de Expectativas Macroeconómicas (REM), por lo que supone que entre abril y diciembre totalizará un 30,4%, tras el 13% del primer trimestre.
De cumplirse estas cifras, la evolución de los salarios muy difícilmente podrá seguirle el ritmo a la inflación, una de las cuestiones que vigila con más ahínco el Gobierno en el año electoral.
Si bien en el primer trimestre del año las remuneraciones superaron levemente a la inflación, para recuperar lo perdido desde el inicio de la pandemia y de la cuarentena, los salarios entre abril y diciembre tienen que avanzar 40,4%, mientras que en el privado registrado la suba tiene que ser de 42,7%, 12,3 puntos más que lo que aumentaría el IPC.
En tanto, el sector público en esos nueve meses tendría que avanzar 39,1% y el privado no registrado, un 35,1%. Pero con la mira en las elecciones legislativas generales, la mediana de estimaciones de las consultoras que participaron del REM apunta que entre abril y octubre la inflación rondará el 22,5%.
Para compensar hasta entonces el deterioro desde marzo de 2020, el índice general de salarios debe aumentar 31,9% en el período y el de los privados registrados, un 34%.
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Proyección
Aunque en el primer trimestre el salario superó levemente a la inflación, desde el comienzo de la pandemia acumula un deterioro mayor al 7%. Con previsiones que apuntan a una inflación anual de 47%, hasta fin de año las remuneraciones del sector privado deben avanzar un 43%.