Generalmente, las personas que dan mucho luego se sienten vacías y precisamente es porque no están atentas al recibir.
Quienes están acostumbrados a dar creen que si aceptan los regalos en forma de elogios, premios, detalles materiales o de cariño, adquieren un compromiso con la persona que les está dando, sienten que al recibir se generará una deuda y lo que es peor, no sienten que lo merecen realmente como cuando te dicen: “¡qué bien estás!! y piensan, sienten y responden: “no, te parece no más”.
Si estamos recibiendo algo de alguien es porque lo merecemos, nos corresponde, lo hemos ganado por ley de causa y efecto y por ley de correspondencia, el universo nos lo está retornando. Recuerden que lo que das regresa multiplicado, sea bueno o malo. Recibir siempre y agradecer.