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Con sólo dos grupos activos: AstroCap y la estación Aguará Guazú, la actualidad del los grupos aficionados de Astronomía en Misiones no atraviesa su mejor momento a causa de la crisis por la pandemia de COVID-19.
“Esto nos ha hecho ver la necesidad de reinventar las actividades. Por suerte la virtualidad ha traspasado barreras, al punto que el territorio argentino nos quedó chico”, fue la respuesta del Coordinador de Astroturismo de la provincia, Alejandro Sommer, a la consulta de PRIMERA EDICIÓN sobre la realidad astronómica en Misiones.
Sommer enumeró la tarea que realizaron en su momento Apóstoles en Órbita, Amigos de la Astronomía en San Antonio y Cielo Guaraní en Posadas, además de otros aficionados que si bien no trabajan de manera activa en estos grupos, divulgan con esmero su tarea.
“Un niño de 2 o 3 años puede tocar la luna con los ojos cuando la ve por primera vez en un telescopio y esa es la tarea más valorable del astrónomo o el aficionado que se acerca a la gente”, apuntó el representante argentino de IDA Delegate, la asociación internacional de Cielos Oscuros para la conservación de los espacios naturales que busca que Misiones tenga agua, tierra y cielos protegidos. Como tal, se mostró preocupado por la capacitación constante de los aficionados en el conocimiento y uso de las herramientas.
“Esto es posible gracias a la tarea del observatorio Europeo que se encuentra en el desierto de Atacama y que brinda cursos de astronomía Galileo Theacher Program, orientados a la accesibilidad y divulgación. Esto expande el horizonte y Misiones lo propició en dos oportunidades: en la Cruz de Santa Ana y el Observatorio de Capioví”, resaltó.