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En las últimas semanas, entre los operativos sanitarios en los barrios, tanto en la ciudad capitalina como en el interior, se realizaron testeos rápidos de VIH. Sobre esto, cada vez más personas pierden el miedo y recurren al análisis para descartar cualquier tipo de infección de transmisión sexual.
En cuanto a las personas que viven con el virus y están en tratamiento, desde el Programa Provincial de VIH el doctor Fabián Zelaya contó a PRIMERA EDICIÓN que “tenemos sólo en Posadas entre 500 a 600 personas que mensualmente retiran su medicación. En toda la provincia, serán por arriba de los 1.200 tratamientos efectivos, esto quiere decir, pacientes regulares que buscan su medicación. Después tenemos otros que no son adherentes, que aparecen cada tanto y buscamos que sigan el tratamiento”.
Además, aseguró que “a la provincia está llegando toda la medicación necesaria y en el caso de tener faltantes, se realiza el pedido correspondiente al Ministerio de Salud. También, hubo una compra de medicamentos retrovirales en varias oportunidades. La idea es que nunca falte y hasta ahora venimos bien, tanto de Nación como de Provincia”.
En materia de nuevos casos detectados, Zelaya indicó que “en este contexto de pandemia tampoco aumentaron los casos de VIH ni los de hepatitis. Donde sí hubo un leve crecimiento fue en sífilis, lo cual da cuenta de que no se usa el preservativo como corresponde. Otra de las cosas que empezamos a ver es que los índices de infección por VIH, la curva descendió hacia los jóvenes adultos, de entre 30 a 45 años, antes eran personas mayores por arriba de los 60 a 65 años”.
En los últimos operativos en los barrios con testeos rápidos de ITS, “si bien estamos yendo bastante al interior, buscamos estar en los barrios y brindar una accesibilidad a la salud. En los testeos, aparecen personas que nunca en su vida se hicieron análisis y escucharon siempre hablar directamente del sida. Ahora es llamativo la cantidad de personas que se acercan a hacerse test, ya sea para lo que sea VIH, hepatitis, sífilis. En comparación a otros tiempos se está perdiendo el tabú y el miedo a qué sucede si sale positivo”, agregó.
Aclaró que “antes de hacer el test, tenemos una consejería previa con las personas. Al ser un análisis rápido, en el caso de dar positivo se toma como presuntivo y para diagnóstico se tiene que hacer el análisis de sangre, que es mucho más específico para la detección del VIH, las hepatitis y sífilis”.
Fabián Zelaya detalló que “luego del presuntivo positivo, el análisis específico puede hacer en los hospitales, como el Hospital Baliña o el LACMI, además de centros de referencia en las localidades como Eldorado, Oberá, Alem, Apóstoles. Si el test final termina dando negativo, de nuevo tenemos que hablar con la persona para tener una consejería sobre el uso del preservativo de manera correcta”.
Un cambio importante
Zelaya señaló que “ahora hablamos de personas que viven con el virus, tenemos parejas que son discordantes, donde uno tiene VIH y la otra no, incluso pueden hablar de planificación familiar y tener hijos. Así que hubo un cambio”.