Esta vez no fueron las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París o la suspensión de las exportaciones de carne. El Financial Times, una de las publicaciones más influentes en los círculos económicos y financieros globales, dedicó en los últimos días un extenso artículo a las promesas fallidas de Alberto Fernández con las vacunas, incluido el caso Pfizer, y el enojo que provocan en la población y el daño que le hacen a una economía ya maltrecha las nuevas restricciones que impuso el Gobierno para contener el avance de la pandemia de coronavirus.
El artículo, firmado por el corresponsal Benedict Mander, recuerda que poco después de una de las cuarentenas más largas y estrictas del mundo, Fernández prometió, en diciembre, que a fines de febrero ya habría 10 millones de argentinos vacunados y que tres meses después, la promesa aún no se cumplió: apenas 9 millones de los 45 millones de argentinos fueron vacunados, de los cuales 2,5 millones recibieron las dos dosis. Una vacunación más rápido podría haber evitado una de las más altas tasas de mortalidad diaria del mundo, a medida que se asienta la segunda ola.
La cuestión es que ahora el país está otra vez confinado para combatir un agudo aumento de casos, que alcanzó nuevos picos mientras se acerca el invierno y se esparcen las variantes brasileñas y británicas del virus.
La nueva cuarentena presiona las finanzas públicas, ya estiradas al límite, para combatir una recesión que ya lleva 3 años y agravó un ambiente político envenenado y cargado de recriminaciones en torno de la vacunación.
La publicación británica recuerda que el presidente demandó por difamación a Patricia Bullrich, presidente de uno de los partidos de la alianza opositora, quien insinuó que el Gobierno buscó el pago de coimas de Pfizer para dejarla entrar al mercado, y Bullrich respondió que más allá de la demanda, “las vacunas todavía no llegaron ni usted explicó por qué no se firmó un acuerdo para la provisión de más de 13 millones de vacunas que podrían haber salvado “miles de vidas”, pese a que la Argentina tenía prioridad de abastecimiento por haber sido sede en 2020 de ensayos clínicos de Pfizer, que dijo en un comunicado que no recibió pedidos de coimas ni usa intermediarios en el país.
No sólo Pfizer
Además de la de Pfizer, dice el Financial Times, tampoco se materializaron las promesas de un joint-venture con México para producir localmente la vacuna de AstraZeneca, debido a demoras en la provisión de viales, por lo que el primer lote de vacunas llegó recién la semana pasada. También Rusia demoró el arribo de sus vacunas, pero aún así la Sputnik V, precisa el artículo, explica 15 millones de las vacunaciones realizadas hasta ahora, y el grueso de las restantes 4 millones se debe principalmente a la china Sinopharm.
Todo lo cual llevó a las acusaciones de la oposición de que el gobierno “de izquierda” de Fernández corteja a Moscú y Beijing por motivos ideológicos y geopolíticos.
El radical Adolfo Rubinstein es citado en la nota diciendo que Argentina está aún así mejor que algunos vecinos en la carrera por las vacunas, pero el “triunfalismo” oficial elevó demasiado las expectativas.
La nota también recuerda al respecto que el exministro del área (Ginés González García) fue echado en febrero a raíz de la vacunación de personas “VIP” vinculados al Gobierno.
Una atmósfera tóxica hace que ahora al Gobierno se le haga difícil convencer a los ciudadanos de respetar el confinamiento, especialmente después de la decisión oficial de ser sede de la Copa América en junio, una decisión, dice el Financial Times, que provocó “indignación”.
Especialistas
El medio británico cita también a otros dos especialistas. Hugo Pizzi, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Córdoba, dice que hay sólo dos modos de controlar la pandemia: disciplina para obedecer las medidas dirigidas a prevenir la circulación del virus, y la vacunación.
En tanto, Javier Farina, asesor del Gobierno, alerta que el invierno será duro si la cuarentena no es aceptada por la sociedad en general.