
Casi el 5% de las niñas argentinas menores de dieciocho años, están casadas o conviven con hombres hasta 15 años mayores que ellas, y Misiones lidera estas cifras, seguida por Chaco y Formosa. Los datos surgieron de un estudio realizado por la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la presidente del FEIM, Mabel Bianco habló de los alarmantes números, considerando el matrimonio infantil como una forma de violencia. “Tanto el matrimonio como las uniones de niñas y adolescentes con hombres en general mucho mayores que ellas, las hacen padecer efectos no elegidos por ellas como es la vulneración de su derecho a decidir libremente con quien vivir. Porque, en las menores de 15 años no se puede hablar de consentimiento sino de relaciones forzadas”, aseguró y agregó que “cerca del 90% de las niñas y adolescentes conviven con el agresor y, la mayoría de los casos de violencia o femicidios, se dan en los mismos hogares”.
Misiones encabeza la lista
Según el relevamiento realizado por FEIM, la región del NEA es donde más niñas conviven con hombres mayores, y Misiones encabeza la lista. De acuerdo a estos datos, en la provincia hay 101.030 jóvenes de entre 14 y 17 años que conviven con hombres hasta 15 años mayores que ellas. Y aunque Posadas es donde se registra la mayor cantidad de uniones (27.569), las localidades con mayor tasa de incidencia son Guaraní (11,2%); General Manuel Belgrano (11,1%) y San Pedro (10,9%).
Al consultarle a Bianco los factores que inciden en este tipo de relaciones, la directora del FEIM mencionó los del tipo “sociales, religiosos, culturales y hasta lingüísticos, que hacen que niñas y adolescentes se vean forzadas a casarse o vivir en convivencia”.
No obstante, mencionó las condiciones socioeconómicas como la principal razón de este tipo de uniones: “estas decisiones no son elegidas por las niñas sino que sus padres las adoptan en general para asegurarles a las niñas un bienestar que ellos no pueden hacerlo”.
Implicancias negativas
En cuanto a las principales problemáticas que surgen a partir del matrimonio infantil, Bianco aseguró que “las niñas y adolescentes dejan la escolaridad, si no la dejaron antes; tienen hijos a edades tempranas producto de embarazos no planificados como consecuencia de la convivencia y sin poder de decisión para usar métodos anticonceptivos o rechazar tener relaciones sexuales”.
Además, destacó que “están en riesgo de sufrir episodios de violencia porque la diferencia de edad con sus parejas determina un desbalance de poder que deja a la niña en condición indefensa y de sometimiento”. El tipo de violencia que prima “es la física y psicológica, pero también inciden violencias de tipo simbólica, sexual y económica, especialmente para el rango de 15 a 19 años”. También “tienen más posibilidades de infectarse con el VIH ya que sus parejas han tenido múltiples parejas mientras que para ellas son la primera pareja sexual en sus vidas”, dijo.
El impacto del aislamiento
Respecto a cómo impactó la pandemia en la unión de niñas, Bianco sostuvo que aunque “no contamos con datos actuales porque el censo se suspendió por la pandemia”, aclaró que “sin dudas el aislamiento y las medidas de prevención para el COVID-19 deterioraron las condiciones socioeconómicas de las familias. Por lo tanto, en los casos en que el factor económico es el principal determinante del casamiento de las niñas, la cifra habrá aumentado significativamente”.
Según dijo, “el aislamiento, la restricción de la libertad y el embarazo posicionan a las niñas y adolescentes en una relación desigual de poder con sus parejas y con la imposibilidad de poder acceder a información, atención de su salud, educación y a sus redes familiares, volviéndose un círculo peligroso de violencia. Todo esto se vio incrementado con la pandemia”.
“Hay que visibilizar la problemática”
“Es fundamental conocer las causas o motivos que llevan a una familia a entregar o permitir que sus hijas se unan o casen con señores mayores”, señaló. En este sentido, “cuando se trata de pautas y valores culturales, hay que promover su cambio a través de campanas de desnaturalización del fenómeno y de trabajo con las niñas y las familias”, agregó y remarcó que “es necesario un análisis sobre la interseccionalidad de las niñas víctimas de violencia. Si bien en las regiones de NEA y NOA, el factor cultural y étnico influye en las altas frecuencias, es difícil saber en qué medida siguen pesando estos factores en otras áreas”.
Por otra parte, “cuando el principal factor es el económico se debe promover apoyo a las familias para posibilitar la subsistencia de las hijas. También hay que realizar trabajos de sensibilización y concientización con familias, la sociedad y las niñas”, explicó. Finalmente, destacó que “también es fundamental que se visibilice el problema, sino nunca se buscará solucionarlo”.
“Se sigue pensando que esto no pasa en nuestro país”
El diagnóstico se llevó a cabo en el marco del Proyecto Matrimonios y Uniones Convivenciales en la Argentina, que se está desarrollando desde octubre de 2019 con el apoyo del Fondo Fiduciario de ONU Mujeres para la Lucha contra la Violencia.
El análisis incluye a la Argentina en el contexto regional, teniendo en cuenta que Latinoamérica y el Caribe es la región que mayor incremento de matrimonios y uniones convivenciales infantiles ha tenido en los últimos años.
Cabe destacar que, según Unicef, una de cada cuatro mujeres jóvenes de América Latina y el Caribe se casa o une antes de cumplir 18 años. Esta cifra es la misma desde hace 25 años y de mantenerse esa tendencia, la región podría tener uno de los índices más elevados de matrimonio infantil del mundo.
“La falta de estadísticas oficiales sobre el tema en el país no permite visibilizar esta situación y se sigue considerando que este no es un tema que pase en nuestro país”, alertó Bianco.
Además de la recopilación de los datos, el proyecto de FEIM también aporta un análisis de la legislación en países de la región y del mundo, especialmente frente a la eliminación de las excepciones a la autorización de los casamientos antes de los 18 años. Por último, el estudio Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer incluye recomendaciones para los legisladores, en función de prevenir y apuntar a la erradicación de esta situación que conlleva a daños permanentes que determinan la vida de las niñas y adolescentes del país.