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Favio Cardozo (38) tuvo el honor de conocer a Diego Armando Maradona en su paso como entrenador de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Una tarde se arrimó al predio de Estancia Chica y cumplió su sueño: Maradona lo recibió, lo hizo pasar al entrenamiento y compartió varios minutos de charla con el astro mundial cual si fueran dos viejos amigos de toda la vida.
Difícil olvidar aquella jornada épica. No tan difícil. Bah, bastante fácil. A medida que pasan los días, pocos rastros de aquel encuentro van quedando vivos en la memoria de Favio. Es que, en realidad, nunca conoció a Maradona y aquello no fue más que un sueño. Un anhelo que solo se pudo hacer realidad en el mundo onírico.
Sin embargo, esa ilusión sirvió para que hoy Maradona tuviera un mural homenaje en el lugar que se transformó en su casa en Misiones. “Cuando desperté, me dije ‘¿Cómo todavía no tenemos un mural del Diego en el club?’”, confía a EL DEPOR el propio Cardozo, dirigente de Guaraní Antonio Franco.
El estadio de La Franja está atravesado por la historia: siempre que Maradona vino a Misiones fue para jugar en el Clemente Argentino Fernández De Oliveira.
Fue por eso que ahora las calles de Villa Sarita también tienen a “su Diego”. El futbolista más grande de todos los tiempos, versión México 1986, fue inmortalizado en la entrada del estadio por iniciativa del propio Cardozo y de Matías Barrios (40), quien le puso su arte al homenaje. EL DEPOR quiso conocer el detrás de escena y se encontró con una historia de amor a Maradona que merecía ser contada.
Un sueño, una visión
Favio es maradoniano de toda la vida. Tiene tres tatuajes del Diez: uno en la espalda, con la corrida contra Inglaterra y los versos de la introducción del tema “Maradó” de Los Piojos; otro con la firma de Diego; y el tercero, con una frase que corresponde al escritor uruguayo Eduardo Galeano. “El más humano de los dioses”, reza la inscripción.
Unos dos meses atrás, Cardozo apoyó la cabeza en la almohada sin saber lo que se venía. “Esa noche soñé que me iba a La Plata y lo conocía. Que me hacía pasar a un entrenamiento de Gimnasia y me sentaba a charlar con él, que le contaba mi historia, que le decía que aquella vez en el 92, cuando vino a Misiones, yo estaba en la cancha. En el sueño, él me atendió como si fuéramos dos buenos amigos de toda la vida”, recuerda emocionado Favio, actual subsecretario de la CD de Guaraní.
Cuando abrió los ojos, Favio tuvo una visión. “Cuando desperté, me dije ‘¿Cómo todavía no tenemos un mural del Diego en el club?’ Él estuvo acá dos veces, con Argentinos en el 79 y en ese amistoso del 92”.
Y enseguida empezó a mover los hilos. Primero habló con Patricio Vedoya, presi de La Franja y también maradoniano. No hubo problemas. Ahora faltaba conseguir a la mano que materializará aquel deseo.
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“Esto es puro amor a Maradona”
Favio recordó entonces una publicación de Matías, el pintor, que en sus redes había colgado varias imágenes de murales y otras pinturas. Además, notó que ambos compartían varios grupos de Facebook, desde la Iglesia Maradoniana hasta los de napolitanos que aún hoy recuerdan a Diego como el santo ídolo de la ciudad.
“Yo pinto como hobbie, nunca estudie nada de artes y eso. Pero cuando Favio me tiró la idea, me enganché enseguida. Vengo llorando a Maradona desde el día de su muerte. Veo imágenes, videos, y lloro. Es como que se murió una parte de uno, de un amigo”, confiesa Barrios a EL DEPOR.
Mati nació en Buenos Aires pero vivió casi desde siempre en Villa Sarita, donde enseguida se hizo hincha de Guaraní. Tuvo la suerte de haber estado en la cancha de Boca Juniors en aquella despedida del Diez, cuando Maradona acuñó “la pelota no se mancha”. ¿Quién le puede hablar de amor al Diego?
“Esto es puro amor a Maradona y un homenaje de todos los hinchas de Guaraní a él. De todo Misiones. Diego representa al chico pobre, al jugador de potrero, al futbolista que siempre es discriminado por sus orígenes. Por eso, la cara de Diego es la imagen del fútbol. Él es sinónimo de amor, garra, coraje, alegría. Como dice la Bersuit en una de sus canciones, Diego hoy ‘es un muerto que no para de nacer’”, se emociona el artista.
Tanto Favio como Matías se sentían en deuda con Maradona. “Con este mural creo que se hizo un poco de justicia. Él jugó acá en el 79 y en el 92. Y nosotros lo que queríamos era retratar un poco eso”, afirma Barrios, quien aclara que, aunque el mural luce terminado, restan unos pocos detalles, como pintar justamente esos dos años y, además, la frase “regó de gloria el Clemente”.
“Yo soy categoría 80, así que imaginate… ¿quién no soñó alguna vez con ser el Diego? Nosotros somos cuatro hermanos y, de chicos, yo jugaba de Maradona y el resto eran Lalo o Hugo, sus hermanos… Él no merece menos que esto”, admite el pintor, con una sonrisa.
Guaraní ahora juega con doce
La imagen de Maradona, su mural, ya es una realidad en una de las entradas del Clemente Argentino Fernández De Oliveira. Y tanto para Favio como para Matías, la pintura es mucho más que eso. Quizás sea también la confirmación de que Diego, desde arriba, también va a ponerse la camiseta de Guaraní.
“Estoy seguro que Diego nos va a dar una mano. Sabe que la necesitamos, que somos un club de barrio, como él, que acá hay mucha gente que lo quiso y que lo va a querer siempre. Sé que desde arriba nos está mirando y nos va a dar una mano para ascender”, sintetiza Favio, sin sacarle los ojos al mural.
“¿Qué le pido a Diego? Ya le pedí que me dé una mano para retratarlo de la mejor manera. Y puedo jurar que sentí que estaba conmigo, acá al lado, al momento de pintarlo. Decime si no va a ser algo lindo para cualquier pibe llegar al club y tener esta imagen“.
“Sin dudas, va a ser un plus aparte. Diego, para mí, es un santo, el patrono de los humildes, de los desprotegidos. Y ahora también se va a poner nuestra camiseta cuando salgamos a la cancha”, finaliza Matías. Diego, que estuvo en Villa Sarita en el 79 y en el 92, ahora llegó para quedarse.