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La joven de 29 años detenida el jueves al mediodía, pocas horas después que su bebé fuera hallado sin vida en un contenedor de residuos de la avenida Andresito (casi Lavalle) del barrio Cristo Rey de esta capital, será trasladada esta mañana hasta el Juzgado de Instrucción 6 para ser indagada ante el juez Ricardo Walter Balor.
Como provisoria imputación se baraja que la empleada de una agencia de quinielas de la avenida López Torres, sea preguntada bajo la sospecha de haber cometido “homicidio agravado por el vínculo” (artículo 80 del Código Penal Argentino que prevé pena de prisión perpetua).
El procedimiento judicial se realizará un día después que la aprehendida fuera revisada por los profesionales de la salud mental y física del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial.
Si bien las conclusiones de estos estudios no fueron incorporadas aún a las actuaciones que encabeza por jurisdicción la comisaría Tercera (Unidad Regional X), los efectivos policiales ya cuentan con las pasos dados por la Dirección Homicidios de la Policía provincial, que permitieron identificar, ubicar y demorar rápidamente a la sospechosa del crimen.
En cuanto a si declara y cuál sería su versión del hecho, ayer las elucubraciones que trascendieron fueron múltiples y con poco sustento informativo.
La expectativa corre alrededor de la mujer y principalmente en si relata haberle dado muerte a su hijo, ahorcándolo con un pañuelo y dejándolo en el contenedor de basura frente a un supermercado en un sector de Posadas también conocido como chacra 32-33.
Como antesala vale recordar que el hallazgo del bebé de menos de dos días de haber nacido fue alertado el jueves a las 6.40 a la seccional Tercera, investigadores de Homicidios y la Policía Científica, quienes iniciaron la labor pericial para determinar quién arrojó allí el cuerpo de un varón.
Las cámaras de seguridad del supermercado registraron el momento en que una mujer depositó adentro de uno de los dos contenedores plásticos sobre el bulevar un bulto similar al bolso en que fue hallada la víctima.
En pocos minutos la joven de 29 años que había dado a luz a las 1.55 del martes a un varón en el Hospital Materno Neonatal del Parque de la Salud Ramón Madariaga, fue identificada y buscada. La hallaron en su puesto de trabajo, una subagencia de quinielas de la avenida López Torres casi Buchardo y la demoraron antes de las 12 para alojarla en resguardo en una dependencia policial del barrio Itaembé Guazú a disposición del juez Balor.
Es preciso agregar que la mujer reside con su madre y padrastro en uno de los edificios del complejo habitacional chacra 32-33 y habría arrojado el cuerpo de su hijo durante la tarde-noche del miércoles luego de retirarlo del hospital con el “papel rosado” con su apellido.
Los forenses del Superior Tribunal de Justicia realizaron la autopsia y los adelantos de resultado coincidieron en que fue ahorcado o estrangulado.Las primeras observaciones, aún adentro del contenedor donde fue hallado, indicaron que presentaba apariencia similar a un estrangulamiento y que, se presumía, pudo ser realizado con el pañuelo que tenía puesto.
“Disociación en el proyecto materno”
La salud mental materna volvió a la agenda de debates y discusiones el jueves por la mañana tras conocerse el dramático hallazgo de un bebé estrangulado y arrojado a un basurero y como única sospechosa hasta el momento de un hecho criminoso, una joven de 29 años detenida.
La psicosis puerperal como caso extremo de los trastornos de gestación materna y eventualidad postparto puede contextualizar o no este caso. Lo que ya no se remite a la probabilidad es que la patología existe y comprende mecanismos psicopatológicos.
Consultado por PRIMERA EDICIÓN, el psiquiatra Oscar Krimer, opinión relevante por haber participado como profesional y perito de parte en casos judiciales de trascendencia nacional como los de María Ovando (primer juicio) y Víctoria Aguirre (femicidio inducido), trazó líneas para considerarse: “Estos fenómenos como la psicosis puerperal aumentan en los países donde las condiciones de vida están cada vez más complicadas por la precarización y la violencia patriarcal” y empujan a “la mujer a la desorganización profunda de la realidad, un fenómeno psicosocial que deriva en la degradación del proyecto de maternidad y que se concreta de una manera inconsciente o en un mecanismo de negación en la mujer. Se produce una contradicción entre el proceso biológico y el mental en el proyecto materno. Una disociación ideoafectiva”.
Para Krimer la “violentación patriarcal” es un motivo a no soslayar y que debe ser combatido: “Mujeres y niños son las víctimas en condiciones de pobreza estructural y que recurren a medidas desesperadas. Hay que operar y pensar con perspectiva de género también en la Justicia y quitar los prejuicios sociales que construye esta situación. Las crisis o psicosis puerperales se producen en madres con ambivalencia afectiva, que deriva en actos irracionales”.
Además resaltó que los procesos de embarazo y parto contienen “alegrías y pesadillas” y que el contexto cultural y social es determinante.