Mientras que en la primera quincena de mayo la mesa de dinero del BCRA pudo adquirir 1.557 millones de dólares en el mercado cambiario, en el mismo período, pero de este mes, las compras orillan los 540 millones de dólares, es decir, un tercio de lo que venía sumando hace un mes.
El Gobierno sabía que con el correr de las semanas al Central se le iba a hacer cada vez más difícil hacerse de dólares y esa etapa compleja parece haber llegado finalmente.
Tras la “abundancia” de los meses anteriores, traccionada en mayo por una liquidación récord gracias al boom de la soja, ahora la liquidación de los dólares comerciales empezó a ser menor.
Ya metidos en el segundo semestre, el monto de liquidación de divisas por parte del campo baja naturalmente y el desafío para la autoridad monetaria es mayor teniendo en cuenta que se trata de un año electoral. Para colmo, la abrupta caída del precio de la soja en Chicago esta semana puso al Gobierno frente a otro problema.
De frente lo que se vienen son vencimientos de deuda en dólares que demandarán divisas con un Banco Central cuyo poder de fuego todavía es tibio. El “temido” segundo semestre ya comenzó y sus efectos comienzan a notarse.