Con motivo del Día del Padre, gran cantidad de familias se acercaron durante la jornada de este domingo al cementerio “La Piedad” de Posadas para visitar las tumbas y nichos de aquellos padres ya fallecidos que descansan en el lugar, dejar ofrendas florales y honrar su memoria. Es que el movimiento fue importante a pesar de la niebla y el frío que se registraron durante la mañana.
Cumpliendo con todas las medidas de bioseguridad y con conciencia sobre lo excepcional de la convocatoria, se vio un incesante tránsito de personas en el camposanto.
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“La Piedad” abrió sus puertas a partir de las 7 de la mañana y el cierre se dio a las 17. Durante la jornada se celebraron dos misas: una a las 10 y otra a las 15. Ambas fueron celebradas por el padre Miguel Ángel Moura.
Una de las primeras en ingresar fue Venancia Escalante, del barrio Santa Rita, quien llevó un crucifijo para la tumba de su difunto esposo. “Mi marido falleció hace una semana y hoy aprovechamos el Día del Padre para recordarlo y traerle esta cruz, me acompaña mi hija”, comentó a PRIMERA EDICIÓN.
Al lugar también llegaron personas de otras localidades, como es el caso de los hermanos Cardozo que ayer honraron la memoria de su padre fallecido en el 2017. “Vine a visitar a mis familiares, somos de Puerto Rico, llegamos el sábado a Posadas y hoy aprovechamos para saludar a nuestro papá que hace 15 años falleció y descansa en La Piedad, en total somos 20 hermanos”, expresó Concepción Cardozo, quien estaba acompañada por una hermana y su madre.
Señaló que por la pandemia hace rato que no viajaba a Posadas para ver a sus seres queridos, así que aprovechó el fin de semana largo para hacer el viaje a la Capital. “Los colectivos estaban llenos, llegamos bien por suerte”, señaló.
Mucho movimiento
Juana Beatriz, vecina que trabaja desde hace más de 50 años vendiendo en las afueras del Cementerio La Piedad de Posadas, contó a este Diario que a pesar de lo atípico de la jornada se registró mucho movimiento en la zona.
“Hace 51 años que trabajo en el Cementerio, desde los 8 años, vendiendo chipas, flores, paños, velas y otras cosas, actualmente me dedico sólo a la venta de chipas. El movimiento fue bastante positivo, la mayor cantidad de personas siempre llega al mediodía”, relató.
Destacó las mejoras en las instalaciones del camposanto y señaló que por motivo de la pandemia y el horario reducido del cementerio, se tuvo que trasladar al centro de la ciudad. “Cuando no estaba habilitada la venta callejera, recorría el centro con mi canasto. Ahora vengo los días clave al Cementerio, como el Día del Padre, de la Madre y de los Santos Difuntos, los demás días -de lunes a sábado- trabajo en el centro”, agregó.
A todo esto observó que “bajaron muchísimo las ventas de chipas por miedo a los contagios y después por la crisis económica”. “No se vende tanto como antes , pero se sobrevive”, detalló.
Asimismo, Ramón quien tiene un puesto de venta de flores en las afueras del predio observó que por la mañana estuvieron bastante tranquilos. “Dentro de todo la gente está viniendo de a poco, estamos tratando de vender y estar como siempre”, apuntó.
Manifestó que cuando cerró el cementerio, debido a la pandemia, la pasaron “muy mal”, y que ahora con horario reducido se encuentran trabajando “a medias”.
“Bajaron mucho las ventas, la gente se cuida con el tema de los costos, todas las cosas suben y lo mismo pasa con las flores, así que es mucha la diferencia que hay entre año a año, entre todos se hace lo que se puede para acomodarnos a la situación”, apreció. Y añadió que un ramo de flores económico está entre 300 y 400 pesos, mientras que las flores más caras alcanzan los 600 pesos por unidad.