Hace exactamente 232 años, el 25 de junio de 1791, con apenas 13 años de edad, José de San Martín tenía su “bautismo de fuego” en Orán, en el norte de África, donde las tropas realistas españolas combatían a los entonces denominados todavía “moros”.
Su unidad -el Regimiento de Infantería de Línea Murcia “El Leal”, con asiento en Málaga (ciudad donde residía con sus padres) y donde había ingresado casi dos años antes, el 21 de julio de 1789– fue convocada para defender la plaza de Orán, que había sido sitiada por décima vez por los ejércitos árabes desde su toma en 1732 por parte de los españoles.
En 1790 ya había tenido su primera misión en Melilla, un enclave aún hoy español pero dentro del territorio marroquí en la costa del Mediterráneo. Allí debía defender las fortificaciones de ese puerto contra los ataques de los “moros”, pero durante su estadía nunca hubo movimientos bélicos.
Todo lo contrario ocurriría en 1791 en Orán, donde San Martín fue incorporado como Granadero -a pesar de no corresponderle por edad- y como tal participó en la constante desactivación de minas que el enemigo había colocado para volar los muros defensivos del fuerte hispánico y tuvo que soportar intensos e ininterrumpidos cañoneos durante un mes.
Ése fue el primer combate en el que participó el luego Libertador y el que, además, le permitiría terminar su carrera militar con el “récord” de ser veterano de guerra en tres continentes distintos.