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En la última semana comenzó a circular en las redes sociales una campaña que visibiliza la importancia de preservar los edificios históricos de Oberá y puntualmente la sede del Automóvil Club Argentino (ACA) donde desde hace ya un par de años sus propietarios tienen la intención de avanzar con un nuevo proyecto que incluiría la completa demolición.
Es por ello que desde varios sectores, incluido el Colegio de Arquitectos, solicitan que se promulgue una ordenanza que “permita regular la conservación de los edificios considerados patrimonio histórico, con alcance al ámbito privado, pero que a la vez no impida la realización de mejoras para que sea vivido”.
El edificio del Automóvil Club Argentino está ubicado en Sarmiento y San Luis, en pleno corazón de Oberá y según los datos aportados por los profesionales consultados por este medio, es una obra del arquitecto e ingeniero Antonio Vilar, reconocido por sus diseños que se perpetúan en todo el país y construido en el año 1944.
Desde el Colegio de Arquitectos de Oberá, la Comisión de Patrimonio viene realizando desde hace varios años la recolección de documentación sobre edificios históricos de esa ciudad e impulsando, en el ámbito del Concejo Deliberante, una normativa que permita atesorar parte de la historia de una ciudad joven pero que necesita tomar dimensión sobre el tema.
El arquitecto Alejandro Forni, titular de la Comisión de Patrimonio, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “debemos entender que este pensamiento es una construcción colectiva, donde el patrimonio es algo vivo, que tiene que ser intervenido, utilizado, porque no tiene sentido preservarlo sólo por preservarlo”.
Resaltó que “en el caso del ACA, en vez de tirarlo por completo y utilizar sus restos para hacer contrapisos se puede conservar al menos una parte del edificio como para hacer allí una cafetería, por ejemplo. Si se preserva el edificio, se le está dando una segunda vida y ese valor patrimonial se mantiene. Imaginamos que deben tener algunos elementos que pueden conformar algún archivo histórico que se pueda exhibir”.
En el año 2019 ingresó a la Municipalidad de Oberá un pedido de prefactibilidad para una obra de la estación de servicios del ACA. “Presentaron la documentación de factibilidad y allí pudimos constatar que el proyecto contemplaba la demolición total de todo lo que está ahora en el predio”, señaló Forni.
Luego siguió contando que “como vecinos de Oberá sabemos la importancia del ACA en una ciudad de 90 años y donde ese edificio tiene más de 70 años. Investigando nos encontramos con que la Comuna no posee una Comisión de Patrimonio Municipal referida al patrimonio arquitectónico. Sí funciona conjuntamente con la parte de Cultura del municipio una Junta de Asuntos Históricos que realizó un trabajo muy completo de documentación de todos los sitios históricos de la ciudad y que hace menciones y coloca plaquetas a los sitios históricos donde acontecieron sucesos importantes de la ciudad o son representativos para lo que es la identidad de Oberá”.
Sin embargo, el arquitecto dijo que “el problema de la Junta de Asuntos Históricos es que cuando hacen esa mención hacen referencia al sitio, al lugar, como histórico, si bien muchas veces refiere a lo construido no brinda ningún tipo de protección ni de registro de patrimonio arquitectónico. Entonces allí vimos que la ciudad estaba como desprotegida en todo lo relacionado a edificios con valor patrimonial”.
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Obras de “maestros”
También el arquitecto Forni recordó que en el mismo período que desde el ACA presentaron el proyecto en la Municipalidad “también estaba la intención de un nuevo proyecto para la Comisaría Primera de Oberá, que originariamente fue diseñada por uno de los tantos arquitectos que después trascendieron a nivel país. Como en esa época que se construyó se estaba terminando de delimitar el territorio argentino, es por eso que también tenemos obras que son de Clorindo Testa que están en Panambí, por ejemplo el CAPS. Muchas de las comisarías se hacían a través de llamados a concursos y proyectadas por estos arquitectos que con el tiempo fueron famosos”.
El modelo de la Comisaría Primera luego se repitió en varias partes de la provincia y el encargo lo hizo el arquitecto Alejandro Bustillo, quien marcó un rumbo dentro de la arquitectura y es muy reconocido a nivel nacional.
“El proyecto de la Comisaría Primera también contemplaba la demolición completa para hacer un edificio moderno, un enlatado muy parecido a todo lo que se hace en distintos puntos de la provincia. El tema es que allí era bastante más fácil porque el municipio tenía la voluntad de conservar el patrimonio y contaba el apoyo del Concejo Deliberante, era una obra pública y en un terreno del Municipio”, remarcó Forni.
Privado de interés público
En el caso de la sede del ACA “estamos hablando de una obra privada con valor patrimonial para el resto del público entonces lo que hicimos fue conformar una Comisión de Patrimonio en el Colegio de Arquitectos que no existía y empezamos a reunir información respecto de que valor patrimonial tiene”.
En esa investigación les sirvió mucho lo que había realizado la Junta de Asuntos Históricos, realizaron intercambios de documentación y opinión con instituciones como el Colegio de Ingenieros, el Consejo de Ingenieros, las facultades de Artes y de Ingeniería, “después salimos de lo netamente local y fuimos hasta Posadas, a la Facultad de Arquitectura, además nos interiorizamos que el Municipio de Posadas cuenta con una ordenanza sobre patrimonio que, por ejemplo, los edificios construidos previos al año 1970 tienen la posibilidad de ser patrimoniales y están sujetos a un paraguas que cualquier intervención debe ir a un área de la Municipalidad donde se empieza a investigar el caso”.
En el año 2019 desde el Colegio de Arquitectos presentaron un borrador al Concejo Deliberante para que se avance en una ordenanza “pero luego vino el cambio de autoridades y después la pandemia y eso quedó paralizado. Ahora es momento de reactivarlo urgente”, sentenció Forni.
Preservar construyendo
“No pasa por el hecho de promulgar una ordenanza, poner un candado, que se cierren las puertas y que no pase nadie, porque así cualquier edificio se va a deteriorar aún más. La idea es que se pueda intervenir el patrimonio pero que las intervenciones que se realicen en edificios con valor patrimonial tengan en cuenta que se trata de lugares históricos y con la identidad de la ciudad de Oberá”, explicó el arquitecto Forni.
Indicó que “Oberá es una ciudad relativamente joven, entonces es común que en la mente sus ciudadanos no tengan a edificios con valor patrimonial. Pero a medida que sigamos demoliendo y no cuidando los edificios que son hitos relevantes nunca vamos a poder construir ese patrimonio a futuro. Hay que entender que el patrimonio no sólo se preserva de acá para atrás sino que se construye de acá hacia adelante”.