“Yo hago lo que usted no puede y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas”, Madre Teresa de Calcuta.
Hace más de un año todos hemos tenido la oportunidad de experimentar lo que significa una nueva modalidad de vida.
Experimentamos que hay cosas y temas, algunos vitales, que no se pueden manejar desde domicilios, ni por delivery y que han generado una gran oportunidad de encuentros muy al interior de nosotros mismos con una buena dosis de reflexión sobre el valor de la vida, el manejo de las distancias y la importancia de estar “limpios”.
La noción del tiempo y el espacio, el valor de nuestro planeta, las personas, los animales y las cosas; el manejo de los encuentros y las distancias cambiaron dramáticamente.
Manejar los horarios para cumplir con el trabajo, el colegio de nuestros hijos y el día a día nos desafía y le pone una cuota de energía extra tratando de llegar a tiempo, tanto el inicio y como la finalización. Este orden aplica incluso para las reuniones entre amigos y las reuniones de la familia.
Lo que resulta increíble es que tenemos por primera vez todo en un solo sitio (todo en uno): la oficina, la casa, el lugar de diversión y entretenimiento, el gimnasio, la plaza, el cine, el lugar de descanso, el colegio, la universidad, la iglesia y hasta el lugar de vacaciones. También es significativo ver cómo a pesar de las distancias y de que muchos empezamos a trabajar desde casa y nuestros niños se suman con sus tareas, que vamos llevando a cabo un increíble trabajo en equipo, como nunca habíamos visto. Cada cual aporta y ayuda o no logramos salir adelante con éxito en los retos que a diario nos trae la situación que estamos viviendo.
Hoy prefiero ver al COVID, como un aliado porque habremos aprendido mucho en muchos aspectos, especialmente a darnos cuenta de lo vulnerables que somos, habremos aprendido la importancia de la solidaridad, el valor del respeto, el valor de la disciplina, la importancia de la paciencia, lo inteligente que es mantener las distancias, lo clave que es el uso de la tecnología, lo iguales que somos en lo esencial los seres humanos, donde no importa la raza o la clase social o qué tan poderoso es nuestro país o que tan distinguida o grande es nuestra empresa, cuándo un virus no complejo como el COVID-19 nos obliga a cambiar nuestras vidas.
El reto de cada uno de nosotros está en convertir las limitaciones y la crisis en oportunidades reales.
Con base en las nuevas reglas del juego y quitándonos el miedo al cambio se hace importante que nos movamos rápidamente con nuevos comportamientos, ideas, acciones, nuevos procesos, nuevos aliados y nuevas soluciones. Es momento de reinventarnos como seres humanos, como padres, hijos, amigos, como pareja, empleados, socios, como sociedad.