Seguramente lo deben venir escuchando entre los pedidos de los niños cuando quieren un juguete y la verdad es que la venta de juguetes sensoriales ha aumentado a un ritmo vertiginoso en los últimos tiempos.
Prueba de esto es el éxito en la red social TikTok de Pop It, que se ha convertido en el juguete de moda, aunque quizá sería mejor decir una (vieja) nueva moda.
El viejo vicio de hacer explotar burbujas de plástico de los envoltorios y cajas concentrado en un juguete de silicona porque eso es precisamente lo que hace el Pop It.
Con la pandemia y el confinamiento se han hecho necesarias nuevas formas de evasión y relajación. No poder salir a la calle a despejarse ha hecho que se pongan de moda nuevas formas de ocio en las que no hace falta tener que salir al exterior. Es más, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los niveles de estrés y ansiedad han aumentado en la población durante este período.
Sus características (bajo precio, ligero, dimensiones reducidas para utilizar como juguete en el auto, lavable, funcionamiento sin pilas, etc) han facilitado su éxito.
Además, no sólo sirve para reducir o combatir el estrés, también es ideal para aquellos niños que presentan déficits sensoriales o algún tipo de necesidad especial como, por ejemplo: TDAH, TEA, problemas motores, problemas sensoriales, déficits en las relaciones sociales.
En YouTube también se pueden encontrar numerosos juegos utilizando el Pop It como tablero.
Hay muchas maneras de usar el juguete. La más simple consiste en ir presionando una a una las burbujas y al acabar con todas, girarlo para volver a empezar.
También se pueden introducir un dado para ir reventando las burbujas que marque la numeración de la tirada de dado. Entre 2 o 3 jugadores, finalizando el jugador que explote la última burbuja. Al tiempo que existen distintas normas e instrucciones de juego para competir contra uno mismo o contra que obligan a ejercitar el pensamiento matemático y cálculo mental.