
Un hombre de 56 años identificado como Mario Miguel Stasiak fue asesinado de al menos tres balazos en su vivienda de Colonia Alberdi. Como principal sospechosa la policía detuvo a su concubina, una mujer de 57 años a quien le dio positivo la prueba con guantelete de parafina para indicar la presencia de pólvora en las manos.
La investigación se inició cerca de las 23 del viernes cuando la tranquilidad de la chacra del Lote 15 de la zona, conocida como Colonia Tacuara, se vio alborotada por tres estruendos de arma de fuego que en principio se pensaba que ocurrieron en ocasión de robo.
Es que la esposa del colono le relató a sus hijos y posteriormente a la policía, que mientras estaba en la zona de cocina oyó tres disparos y cuando se acercó a la sala, vio a un hombre vestido con ropa oscura merodeando la propiedad y a su marido en el sillón sin signos vitales.
En este contexto la mujer habría relatado que el presunto asaltante se escapó por la parte trasera del inmueble y ella corrió en dirección contraria a pedir ayuda y que luego de una revisión rápida cuando el supuesto ladrón ya se habría ido, revisó sus pertenencias y notó el faltante de 60 mil pesos que su marido guardaba dentro del ropero, en una campera.
Uno de los hijos de la pareja, que reside dentro del mismo lote ubicado a un kilómetro y medio de la ruta provincial 6, llegó a la vivienda y junto a su madre avisaron a la policía.

La clave fue el peón
Pero no transcurrieron muchas horas para que la versión de la ahora detenida, perdiera fuerza. Un peón de Stasiak manifestó a los investigadores que dos horas antes del ataque, su patrón lo dejó en su vivienda y continúo camino hasta su domicilio donde fue asesinado.
De las primeras averiguaciones para determinar el móvil del crimen, trascendieron rumores de que la pareja atravesaba problemas, rencillas de vieja data y de tinte plenamente sentimental, según aportó una fuente consultada por este Diario. Se investiga si la demora de dos horas de Stasiak para llegar desde el frente de la casa del peón a la suya, habría alterado a la mujer.
Ya durante la madrugada de ayer, efectivos de la Unidad Regional II revisaron la propiedad en búsqueda de un arma de fuego que Mario Stasiak solía guardar como elemento de defensa, de acuerdo a dichos de sus hijos.
Durante la mañana los investigadores encontraron un revólver calibre 22 oculto dentro de una cocina a leña en desuso en una de las habitaciones. También secuestraron un proyectil del mismo calibre.
De acuerdo a los primeros exámenes de criminalística de la UR-II el colono recibió tres impactos. Uno de los orificios del cadáver fue en el costado izquierdo del cuello con salida en el rostro, el segundo en cara dorsal izquierda del pecho y el último en cara anterior del muslo derecho tercio superior. Dos de ellos no tuvieron orificio de salida.
Parafina: positivo
Tomó intervención en el caso el juez de Instrucción de Jardín América, Roberto Sena, quien dispuso que se le practique a la concubina de la víctima la prueba de parafina para descartar o suponer si disparó el arma, que se incaute el proyectil hallado en la escena y se continúe con la búsqueda de los ahorros, supuestamente desaparecidos con el delincuente “vestido con ropa oscura”.
En las últimas horas se conoció que el resultado de la prueba practicada sobre la mujer dio positivo y que el proyectil hallado en principio coincide con el arma encontrada ayer. Por tal motivo el magistrado dispuso su inmediata detención en una dependencia de la UR-II mientras avanza la investigación.
Había dinero
La labor de los policías en la escena del hecho no finalizó y durante la tarde fueron encontrados doce mil pesos en efectivo en una bolsa plástica celeste dentro de un ropero. Lo apuntalaría la presunción que el crimen no fue para borrar la identidad o sospecha de un ladrón.
La pareja se dedicaba al comercio de frutas y hortalizas y de acuerdo al testimonio de hijos y empleados, Stasiak salió como todas las tardes a repartir mercadería en diferentes puestos de las colonias próximas y regresó a su vivienda a las 22.
Se presume ahora que pocos minutos después fue ultimado y de acuerdo a las evidencias y voces recolectadas hasta anoche, habrían sido las manos de su pareja empuñando un arma las que gatillaron enfurecidas por la reincidente sospecha de infidelidad y reiterado maltrato.