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El último informe del Instituto De Promoción De la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) mostró que el promedio de los cortes, a pesar de las restricciones a las exportaciones, subió 7,7% en junio. El precio de la carne aumentó 90,3% en un año y el asado de tira subió 101,5%.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Hugo Metrechen, dueño de una carnicería, dijo que en Posadas “el consumo de carne cayó en un 40%” en comparación al 2020. En esa línea, recordó que “ya venimos golpeados en nuestro rubro. Somos los más golpeados en lo que va del año”.
“Lo que es carnicería y panadería es donde más se siente la crisis porque se trabaja con el ‘día a día’ de la gente”, manifestó. Sobre la baja del consumo, recalcó que “se nota que la gente perdió el poder adquisitivo”.
A raíz de eso, ahora “los clientes usan más tarjetas de crédito para comprar”.
“Desde el año pasado empezó a pasar esto y mes a mes se nota más que no hay efectivo”, indicó.
“Antes era efectivo, débito y crédito y ahora se dio vuelta”, señaló. “El 70% se maneja con tarjeta de crédito”, sostuvo.
Abastecimiento
En cuanto al abastecimiento expresó que “se normalizó porque no hay tanta demanda”. “Como hay poca demanda y poco consumo, hay mucha oferta”, afirmó.
Para retratar la situación crítica contó que “tuvimos una baja de venta en el Día del Padre”.
“En comparación al año pasado la venta cayó un 30 o 40%”, subrayó. “La gente compra lo justo y necesario” indicó Metrechen y puntualizó que “ahora los compradores buscan alternativas”.
A raíz de esto “creció la venta muslo de pollo y cerdo”. Además explicó que “aumentó el consumo de cerdo aunque no se iguala a la carne vacuna en comparación a años atrás”.
Cortes y costos
Sobre los cortes, detalló que los consumidores compran “los más económicos, como la paleta, aguja y molida. Siempre aprovechando la oferta de 2 y 3 kilos con descuentos del 10% y 15%”, añadió.
Especificó que “la ternera y el novillito cuestan alrededor de 550 pesos. Un kilo de aguja está $450”. En tanto “un corte de primera (pulpa, nalga, cuadril, vacío y costilla) está entre los 700 y los 800 pesos”.
Aunque los consumidores compran menos, de vez en cuando se dan un gusto con el asado. Metrechen relató que “el asado sale todavía, no a la proporción de antes, pero todavía la gente no perdió la costumbre de comer asado”.
“Bajó la cantidad de kilos que lleva el consumidor pero se vende aunque no como antes”, puntualizó.
También apuntó que pese a los anuncios de aumentos, “la carne se mantiene” y “va aumentando de a 3%, y no como dicen que va a aumentar”.
“Hace más de 40 días se están manteniendo los mismos precios”, sentenció. “Inclusive hay ofertas diarias y semanales, donde nosotros asimilamos y absorbemos esos costos”, advirtió.
Para finalizar opinó que “no tenemos muchas expectativas de mejoras. Estamos con nuestras ofertas, manteniendo precio y calidad porque no sabemos qué va a pasar”.
Por su parte, el empresario del sector cárnico Abel Motte, remarcó a este Diario que “el consumo se mantiene”.
Además consideró que “la venta está muy pareja con una preferencia hacia los cortes de paleta, aguja, osobuco y carne molida por la época de invierno”. Al respecto de los precios remarcó que “se mantienen”.
Cabe recordar que el precio de la carne vacuna no detuvo su alza a pesar de la restricción a las exportaciones que se implementó por treinta días entre mayo y junio, y el mes pasado tuvo un incremento promedio del 7,7%, que en los últimos doce meses alcanzó al 90,3%.
Los datos forman parte del último informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en el que se destacó que el asado de tira tuvo un aumento del 4,5% en el mes, pero que en la comparación con junio del año pasado encabezó las subas entre todos los cortes con un 101,5% a $701,91 el kilo. El lomo, el corte más caro, tuvo un precio promedio de $987,41 en junio, con un aumento mensual del 8,6% e interanual del 86,6%.
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Los aumentos de la carne superaron tanto en junio como en la medición interanual al nivel general de la inflación y también a la del rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas”, llegándolo a duplicar en algunos casos.
Además del asado de tira, otros seis cortes registraron en los últimos doce meses incrementos superiores al 90,3% promedio: la falda (97,6%),la tortuguita (97,3%),el vacío (97%), la cuadrada (95,7%), el osobuco (95,2%) y la tapa de nalga (90,7%).
Para encontrar un producto que haya aumentado por debajo del nivel general de la inflación desde junio del año pasado hay que recurrir a las hamburguesas congeladas, con un alza del 47,3%, distante del resto de los cortes de carne vacuna que muestran subas de más del 80%, con la excepción del 78,9% de las hamburguesas caseras.
Los dos principales sustitutos de la carne vacuna, el pollo y el pechito de cerdo, también evidenciaron incrementos interanuales superiores a la inflación, respectivamente del 64,8% y del 63,7%, aunque inferiores al resto de los cortes.
Las subas en la carne vacuna son motivo de preocupación en el Gobierno nacional, que desde fines del año pasado intenta frenar esos aumentos a través de diferentes medidas que, a la luz de los hechos, no consiguieron resultados positivos.
Además de la habilitación de once cortes populares a precios más económicos y otras iniciativas como el Mercado Federal Ambulante, una de las medidas más cuestionadas fue la resolución 75/21 del Ministerio de Agricultura que suspendió por 30 días la exportación “como consecuencia del aumento sostenido del precio de la carne vacuna en el mercado interno”.
La medida rigió del 20 de mayo al 20 de junio, pero sus efectos en los precios internos no fueron los esperados: el mes pasado, la carne vacuna tuvo un aumento promedio del 7,7%, más del doble que el 3,2% que tuvieron en el mismo período tanto la inflación general como el rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas”.
Entre las razones que explican ese incremento y, principalmente, el 90,3% interanual, está la caída de los niveles de producción, con un 5,48% debajo de los niveles del primer semestre del año pasado. Para Miguel Schiaritti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), el precio de la carne sigue en niveles altos porque “no hay terneros por las dos últimas sequías durante el 2020 y los que hay se destinan a la recría”.