Roberto Erico Benavídez fue un comisario inspector de la Policía de Misiones, que tuvo a su cargo la construcción de la sede propia de la División Bomberos de Jardín América. Ese era un tema que lo apasionaba. Cuando le encomendaron la tarea, comenzó a buscar recursos, creó una comisión cooperadora y, a la par de sus camaradas, comenzó a levantar ladrillo sobre ladrillo de la flamante casa propia, ubicada sobre la avenida San Martín, en un predio contiguo a la Municipalidad local, ya que el terreno había sido donado por la Comuna.
Nacido en Posadas, el protagonista de esta historia, se mostraba entusiasmado, orgulloso, de lo que sería el cuartel de Bomberos y esperaba con ansias lo que sería el día de la inauguración de las instalaciones. Pero, como suele decirse, el destino le jugó una mala pasada. A unos meses de la fecha anunciada, Benavídez cayó enfermo y comenzó a deambular por centros asistenciales, sin poder seguir de cerca los últimos movimientos que se registraban en la obra. El edificio fue habilitado el 25 de julio de 1996, en coincidencia con el Día del Bombero de la Policía de Misiones, pero la vida de su mentor, se apagó el 8 de julio, dejando trunco su gran sueño. De esa fecha, transcurrieron 25 años.
Mirta Gladis Oviedo Schimpf fue su compañera de vida, y durante casi doce años compartió sus vivencias en Jardín América. En este homenaje a su esposo, contó que Benavídez fue cadete de la Escuela de Policía, a donde ingresó con apenas doce años. De allí, egresó “con todos los honores, mejor promedio, medalla de oro, y su rostro apareció en la portada de la revista de la institución”. Añadió que al año de haber finalizado su carrera, pasó a formar parte de los bomberos de la Policía de Misiones, donde se graduó en perito en explosivos y participó de numerosos cursos.
Con Oviedo Schimpf se conocieron en el barrio Kennedy, de la capital provincial, donde ambas familias residían. “Éramos vecinos, nos pusimos de novio, y nos casamos”, dijo. Por un tiempo, la pareja residió en Oberá donde Benavídez se desempeñó como segundo jefe de bomberos de la Policía.
Luego, volvieron a Posadas, donde sus superiores le manifestaron que lo requerían para conformar un cuartel de bomberos en la zona de Jardín América. “Cuando le propusieron, le dije que la condición era que estuviéramos un tiempo porque mi hijo mayor, justo comenzaba el primer grado. Eso habíamos pactado, que al menos los chicos terminaran el colegio en un solo lugar”, acotó la mujer, que por aquel entonces era funcionaria del Instituto de Previsión Social.
Fue así que el funcionario viajó solo, a fines de 1984 y, momentáneamente, permaneció en la comisaría junto a otros camaradas porque no había un lugar físico donde establecerse.
Enseguida, comenzó a tramitar el terreno para el proyecto y, afortunadamente, fue donado por la Municipalidad local, ya que se encuentra en un predio lindante. Y comenzaron a construir el tinglado.
“Esa era su pasión. Hicieron con mucho sacrificio y ya casi sobre el final de la obra, recibieron alguna colaboración del Gobierno. Tenían una comisión cooperadora conformada por Tarón, Jacob, Lutti Florentín, que colaboró muchísimo. Lamentablemente, mi esposo enfermó, se confirmó un melanoma que le duró cuatro años. Los últimos días estábamos en el Hospital Italiano de Buenos Aires, donde la doctora le daba 48 horas. Pudimos volver a Jardín América, donde lo vio su amigo, el Dr. Oscar Témoli, y él estaba muy ansioso porque el 25 de julio de 1996 se inauguraba su cuartel, pero falleció el 8 de julio y no pudo ver concluida la obra que tanto soñó. Estaban preparando todo para la inauguración y tenía muchas ganas de ir hasta la edificación pero no quería hacerlo en silla de ruedas. Recién a partir de ese momento me di cuenta lo querido que era por la gente de la zona. Al punto que a pedido de la comunidad de Jardín América, el cuartel lleva su nombre”, manifestó, emocionada.
“Pudimos ver el sacrificio y las horas que emplearon, pusieron el cuerpo, el alma, hicieron a pulmón, tanto él como su personal y la comisión, y la comunidad que colaboró muchísimo. Cuando se inauguró ya tenían una autobomba, estaba bastante bien equipado como para empezar”, manifestó.
Oviedo Schimpf rememoró que conocía bastante la zona porque sus abuelos residían en Colonia Oasis. Mi abuelo, Samuel Schimpf, era pionero y fue el único que vino junto a su familia. Nuestras vacaciones consistían en ir a Oasis junto a mi hermana Mercedes, de allí tenemos muchas vivencias. Después, vivir en Jardín América, implicaba poder ver a mis abuelos de manera mucho más seguida”.
Siguiendo los pasos
La División Bomberos Jardín América, de la Policía de Misiones, se encuentra a cargo del comisario José Lindolfo Schvxeikofski, quien recordó que la institución fue creada el 27 de octubre de 1985, por Disposición de la Jefatura de Policía. En un primer momento funcionó en el edificio de la comisaría local. Como no contaba con un edificio propio, la Municipalidad de Jardín América, donó el predio donde, con la ayuda de vecinos y el Gobierno provincial, el 25 de julio de 1996 fue inaugurado el moderno edificio, ubicado sobre la avenida San Martín de esta ciudad. En reconocimiento a la inmensa labor emprendida por el primer jefe, el edificio fue inaugurado con el nombre del extinto comisario inspector Roberto Erico Benavídez.
Schvxeikofski explicó que la función del bombero no se limita únicamente a sofocar incendios, sino que abarca diversas tareas, interviniendo en accidentes de tránsito, derrumbes, inundaciones, salvataje de personas y animales, además actuando en forma permanente como auxiliar de la justicia, contando para ello con oficinas técnicas de incendios y explosivos, hallándose además esta División estrechamente relacionada con distintas instituciones brindándosele colaboración y apoyo constante.
Cuenta con un camión autobomba Ford 14.000 del año 2005, equipado con elementos necesarios para diversas intervenciones, como ser equipo de corte (tijeras hidráulicas, motosierra, sogas, palas machetes, rastrillos, equipo autónomo de respiración, mochilas hídricas para incendios forestales, grupo electrógeno, equipos estructurales ignífugos), y también un vehículo Ford Ecosport, para las tareas técnicas-investigativas y apoyo logístico.