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Nació hace tan sólo siete años y a pesar de su corta edad ya superó tantas adversidades que para muchos es un súper niño. Sin embargo, para su familia y sus amigos de taekwondo es sólo uno más del grupo y eso lo llena de felicidad.
Valentino Ortiz (7) es un ejemplo de superación y de cómo la actividad deportiva ayuda en todos los aspectos de la vida diaria.
El niño nació con el diagnóstico de mielomeningocele, un defecto del tubo neural en el cual los huesos de la columna no se forman totalmente y provoca un conducto raquídeo incompleto.
Pero, esa discapacidad motriz de la cintura para abajo no le impidió perseguir sus sueños. Apoyado por su hermano Benjamín, y ambos, sostenidos por sus padres Aldo y Mariela, el pequeño empezó a practicar artes marciales en el Instituto Ferreyra, incentivado por el Sabon Nim, Jorge.
“Él siempre venía para acompañar a su hermano y miraba desde un changuito. Hasta que una vez me acerqué y le pregunté al papá si no quería sumarlo al grupo para probar. Primero dudó, pero un día le dije que traiga su andador, probamos, le mostramos cómo se podía hacer, se fue soltando de a poquito y ahora el andador es parte de sí mismo y Valentino uno más del grupo”, comentó a EL DEPORTIVO, el profesor a cargo de un instituto que reúne a unos cincuenta chicos de todas las edades, en cuatro turnos diarios.
Ferreyra contó que “desde que empecé a enseñar siempre intenté sumar a chicos con diferentes discapacidades, me gusta poder integrarlos”. Y en el caso de Valentino quedó maravillado porque “es un amor ese chico, con su ejemplo alienta al resto a practicar. Si uno llega desmotivado a la clase, lo ves a él y te cargas de energía”, afirmó.
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“Él está muy contento, vemos que le hace bien el taekwondo”
El papá Aldo también conversó con EL DEPOR y contó cómo fue el desarrollo deportivo de Valentino, que está directamente relacionado con los valores que enseña mamá Mariela. “Cada uno de nosotros se pone una mochila para llevar adelante la adaptación de Valentino. Uno de ellos es Benjamín, su hermano de nueve años, que está de manera constante con su hermano, le enseña a su manera las actividades para hacerlas juntos y adapta juegos para compartir”.
Y como en muchas familias, el mayor es uno de sus referentes para querer hacer las cosas. “Benja empezó a practicar taekwondo y después arrancó Valen”, relató el padre de familia.
Aldo reconoció que “con la mamá teníamos miedo a que él se frustre, pero Ferreyra fue muy idóneo para adaptar el deporte para que Valentino pueda hacer el deporte“.
“La verdad es que el profe es uno más de nuestro lugar, una pieza fundamental para que mi hijo pueda hacer todo lo que quiere dentro del predio, donde lucha contra los otros niños como uno más. Eso se logró gracias a que Ferreyra lo integró al grupo, ninguno del resto de sus compañeros lo ven de manera extraña”.
El año pasado, Valentino rindió para pasar de cinturón y ya es amarillo. Si bien podría estar más adelantado hay una decisión de sus padres para que “rinda una vez por año, para no exigirle y que vaya a su ritmo”, contó Aldo.
Además, indicó que “queremos que lo tome como una actividad y que entiendan el valor de avanzar. Que no sea tan fácil la escala, que les cueste el día a día y sepan que nada les será fácil. Queremos retrasar los tiempos para que valoren los triunfos”.
Con respecto a la patología, Aldo mencionó que “es una malformación de la parte más baja de médula y que compromete la parte baja del cuerpo. El diagnóstico salió en una ecografía, ya sabíamos que iba a nacer así. Estuvo 45 días internado y lo operaron tres veces. A los seis meses volvió a cirugía y hace un poco tiempo atrás de nuevo, pero lo lleva rebién porque tiene contención terapista”.
Por último, recordó un hecho que les marcó la vida como padres: “Cuando Valentino salió de la internación vino un especialista de Corrientes, quien nos comentó el potencial del niño. Él dijo algo que se grabó en nuestro corazón: ustedes tiene de ocuparse de que Valentino sea feliz. Esa fue la frase que adoptamos para la vida de toda nuestra familia”.
Valentino encontró en el taekwondo un lugar donde es feliz y para la familia eso es impagable.
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Regalo de Jean Maggie
La Fundación Jean Maggie de Córdoba comenzó una campaña para entregar mil bicicletas adaptadas para mejorar la calidad de vida de los chicos de todo el país.
Valentino fue uno de los cuatro misioneros elegidos al azar por la Fundación y ayer recibió su bici, en un acto realizado en la Confederación Económica de Misiones. Obviamente que fue con Aldo y Benja, sus inseparables.