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“Confío en la Justicia, pero el tiempo pasa y rápido y los acusados son policías, lo que me da mucho miedo. En realidad es el mismo temor que tenemos en mi familia desde que lo mataron a mi hermano y que nos enteramos que los mismos uniformados de la comisaría de Santa Ana que nos venían a preguntar en el velorio son los que deben ser juzgados”.
Ricardo Márquez Dos Santos tiene 37 años y es el hermano biológico mayor de Víctor Fernando Márquez Dos Santos, adolescente de 16 años asesinado (las pericias indicarían que prácticamente ejecutado en el ojo derecho) cuando ya se había arrodillado frente a una patrulla policial en la calle Roca frente a la Escuela de Comercio 10 y a pocos metros de la avenida San Martín en Santa Ana, durante la madrugada del sábado 24 de agosto de 2019.
A dos años del presunto caso catalogado de “gatillo fácil”, el tarefero y changarín padre de cuatro niños y residente en Jardín América dialogó con PRIMERA EDICIÓN: “No creo que los jueces nos traicionen pero con tanta demora por enviar a juicio el caso a veces dudo, me genera un conflicto muy grande estar parado entre el miedo a que se tape todo, que no haya culpables y la confianza que me genera el juez (de Instrucción 2) Juan Manuel Monte. Cada vez que lo consulté me explicó la causa y como avanzaba el expediente”.
“Yo insisto, soy un peón de chacra, changarín y me dedico a la tarefa de yerba, pero con mi familia no pedimos nada raro o loco, sólo queremos justicia porque mataron a un muchacho bueno, aunque nadie merece morir así. Pero Víctor era un niño casi, no tenía problemas con nadie y menos aún estaba cerca de las cosas feas que los mismos policías acusados tiraron para ensuciarlo. Ellos lo mataron y fueron al velorio a ver qué hacíamos nosotros. Una semana después los detuvieron y todo se aclaró”.
“Queremos los cuatro policías condenados. El oficial (Deibid) Vergara por dispararle a Víctor, por ejecutarlo y los demás por encubridores”, enfatizó Ricardo.
También respondió sobre cómo enfrenta la familia los dos años de espera: “Yo vi morir a mi papá (Eriberto Márquez de 66 años), cuando llegó el cajón de Víctor a casa y nos dijeron que no se podía abrirlo porque estaba destrozado su rostro. Se descompensó y cuando lo enterramos a mi hermano tuvimos que velarlo también a él. Y este oficial estaba presente, lo vio. Recordar eso da miedo, mucho. Incluso durante los días posteriores al crimen fui a la comisaría y este Vergara me decía que andaba en algo raro y lo mató otro pibe. Ese menor estaría hoy preso tal vez y falsamente acusado”.
“Por suerte vimos también como fueron apareciendo las pruebas, todo se confirmó, ellos modificaron los libros de guardia de la comisaría, pero después la policía que confesó permitió que se aclare todo, las pericias balísticas dieron positivo, los testimonios coincidieron y ya no se debería esperar mucho más”.
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“Se arrodilló y lo fusilaron”
Ricardo resaltó que su hermano “era un pibe, un adolescente de 16 años, muy bueno que se juntaba con sus amigos de la iglesia y del barrio. De los rumores de que vendía droga y todas esas cosas no encontraron ni un indicio y no había en su alrededor mala junta. Lo fusilaron y no sabemos por qué. Se arrodilló, no corrió, no estaba armado y lo fusilaron igual. Mataron a un chico asustado y nada ni nadie nos lo va a devolver”.
Entre sus afirmaciones también sorprendió por su contundencia: “Los humildes, los pobres de la chacra, no tenemos derechos parece. Sin embargo en este caso confío todavía en el juez Monte, es serio y no nos va a fallar. Respeto que los acusados tengan derecho a defenderse y hasta veo que tienen muchos recursos para abogados, pero quiero que todo se resuelva dentro de lo legal y justo”.
Un oficial es el principal acusado
La causa que instruye el juez Juan Manuel Monte se inició durante la madrugada del sábado 24 de agosto de 2019 y cuatro son los policías encartados: el oficial Deibid Vergara de 34 años y tres suboficiales, uno de 44 años y dos de 32. Vergara fue acusado como presunto autor de “homicidio agravado por su condición de funcionario público” y continúa detenido con prisión preventiva. Sus tres compañeros de la patrulla durante la guardia de la noche del crimen fueron excarcelados pero imputados como encubridores.
El expediente ya cuenta con la opinión favorable del fiscal de Instrucción 2, Christian Antúnez Neremberg para que se cierre la etapa y se eleve a debate oral y público.
Planteos de la defensa de Vergara surgieron en este tramo, especialmente para ampliar indagatorias y llamar a nuevos testigos. Medidas que Monte analiza pero que no frenarían la elevación a juicio, según las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN durante las últimas horas.
Entre testimonios y pericias clave que complican a Vergara se destacan las pruebas balísticas del arma del oficial con el plomo o munición encontrado.