Roberto Sena, el juez que investiga el abuso sexual a una joven de 20 años ocurrido en septiembre del 2020, supuestamente tras una fiesta clandestina, rechazó durante las últimas horas el pedido de recusación formulado por la defensa del único detenido que tiene la causa, ya que el otro sospechoso se mantiene en rebeldía desde que salió a la luz el hecho. Consideró el planteo inadmisible en coincidencia con la Fiscalía, por no encontrarse fundamentos en la presentación, además de los plazos vencidos.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN señalaron que desde la defensa del joven detenido, hijo de un exintendente de la zona, plantearon que el magistrado tendría “beneficios” para la familia de la víctima por su antigua actividad antes de ser juez y conocer en este caso a un familiar de la joven que denunció el hecho en septiembre de 2020.
El pedido fue considerado infundado porque no existiría ninguna relación o situación que al magistrado le impida dar las garantías del proceso tanto para la denunciante como para los acusados. Cabe recordar que son dos los jóvenes apuntados, uno está detenido y el otro prófugo y buscado internacionalmente por Interpol.
Tal cual publicara en su momento este Diario, en el expediente quedó acreditado que existió el abuso sexual con acceso carnal y que la mujer fue dopada con una sustancia alucinógena. Los resultados de ADN comprometieron al único detenido ya que se encontraron rastros biológicos compatibles (semen) con los extraídos del cuerpo de la joven, quien tras algunos meses de padecer hostigamiento en la zona, tuvo que mudarse por recibir constantes amenazas. En este contexto, la causa está a un paso de ser requerida para debate con el detenido que hay actualmente.
La denuncia fue radicada por la joven (actualmente de 20 años) el 6 de septiembre, y según su relato mantenía una relación de amistad con los dos investigados. Este presunto vínculo, la víctima lo detalló ante las autoridades de la Comisaría de la Mujer.
Señaló que se encontraba en un pub habilitado esa madrugada hasta las 3 y que tras el cierre respectivo por el horario decidido ante la crisis sanitaria del COVID-19, ella y una amiga de la misma edad acompañaron a los jóvenes en el automóvil de uno de ellos hasta una vivienda donde se desplegó una fiesta clandestina.
Siempre siguiendo la denuncia y preservando detalles inherentes a la identidad de la víctima, ésta manifestó que comenzó a sentirse mal, descompuesta y que le pidió al mismo joven que condujo el automóvil hasta ese lugar, que la llevara a su departamento.
En el trayecto habría perdido el conocimiento y cuando se despertó se descubrió en su cama, con dolores de golpes recibidos, desnuda y con su inmueble desordenado. Resaltó que no recordaba nada de lo sucedido y que se bañó, para luego buscar asesoramiento y atemorizada recurrir a la dependencia de la Unidad Regional XI.
Los primeros estudios médicos recogieron evidencias de lesiones compatibles con una violación o abuso. También declaró en su presentación policial que, de manera consentida no tuvo relaciones sexuales con estos jóvenes, y que sólo recordaba que quería ir a su departamento porque se encontraba descompuesta.
En cuanto a los acusados por la denunciante, el detenido es familiar directo de un exintendente de la zona, mientras que el segundo y profugado presuntamente a Paraguay, pertenece a una reconocida familia de empresarios de Jardín y Colonia Oasis.