Con el arribo a Tucumán de integrantes de la División Trata de Personas de Misiones se iniciaron ayer las medidas dispuestas por la Justicia Federal de Eldorado desde donde investigan un presunto caso de “trata y rapto” de una mujer misionera de 33 años, rescatada hace unos días por la policía tucumana.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que ayer concretaron el allanamiento en la vivienda ubicada sobre Pasaje Marti en dicho barrio, en la cual estaba la misionera, según sus primeros dichos y de manera extraoficial, bajo amenazas y secuestrada.
Los policías misioneros y sus pares tucumanos requisaron la vivienda de una mujer de 67 años, quien dijo que la joven fue llevada allí por uno de sus hijos, aparentemente de 50 años, pero desconocía bajo qué condiciones o si mantenían una relación.
En el lugar se secuestraron cinco teléfonos celulares, el pasaje de viaje de la víctima, anotaciones varias y un ticket de pago, entre otros elementos.
Si bien estaba previsto que la misionera declarara en aquella provincia, ahora trascendió que lo hará en el Juzgado Federal de Eldorado y a través de Cámara Gesell y recién cuando regrese con los uniformados misioneros, cuando se someta a los estudios médicos correspondientes.
Según las mismas fuentes, aún le quedan secuelas de los ataques de pánico que sufrió desde que la mantuvieron encerrada en una habitación. En este contexto resta corroborar que haya sido víctima de abuso como habría manifestado en primera instancia cuando fue rescatada.
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La investigación comenzó el viernes 17 de agosto con la exposición de un hombre de 34 años quien dijo que su pareja abandonó el hogar familiar dejando a sus tres hijos menores de edad y él quería asentarlo en la policía para poder tomar la custodia de los pequeños.
Radicó dos días después una denuncia en la comisaría de Wanda en la que expuso que su pareja se comunicó con él a través de un mensaje de texto (WhatsApp) y le dijo que estaba secuestrada. Al enviar su ubicación, le figuraba la ciudad de San Miguel de Tucumán.
Los uniformados dieron intervención a la División Trata de Personas en Posadas, quienes solicitaron colaboración a sus pares tucumanos para comprobar si ese domicilio era real. Acudieron al lugar que marcaba el geolocalizador satelital y en una propiedad a unos metros, hallaron a la misionera, encerrada en una habitación.
La policía dialogó con la mujer y ella habría dicho que estaba “por la fuerza y fue engañada para ir hasta ese lugar”. Según dijo, uno de los hombres (hijos de la dueña) le pagó el pasaje, pero al llegar se encontró con otra realidad, diferente a la que le describió por redes sociales. Supuestamente iba para trabajar, trascendió después que conoció el caso.
Los hombres bajo sospecha desaparecieron de la zona y hasta el momento no hay una orden de detención.