
Cuando inició la emergencia sanitaria en marzo del 2020, los estudiantes universitarios ubicados en distintos puntos de Misiones retornaron a sus localidades de origen. Entre ellos, algunos alumnos pertenecientes a las comunidades indígenas tuvieron dificultades de continuar las clases en su modalidad virtual. Cabe recordar que de por sí son pocos los jóvenes de los pueblos originarios que finalizan la educación obligatoria y luego siguen una educación superior o universitaria.
PRIMERA EDICIÓN charló al respecto con Martín González, perteneciente a la comunidad mbya Perutí de El Alcázar, estudiante avanzado de la carrera de Licenciatura en Trabajo Social en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM: “Actualmente vivo en Ka’aguy Mirí Rupá, sobre la ruta 7 en Cuña Pirú (Aristóbulo del Valle). En la pandemia no he podido seguir cursando mis materias, ya que en mi comunidad no hay señal de teléfono y no tenemos aún wifi”, explicó.
Martín está en el último año de la carrera, le faltan por cursar dos materias y rendir otras dos, más la tesis de grado. También su hermano estudia Trabajo Social. Contó que en su caso “como vive en Perutí y tiene más acceso a Internet sólo le falta la tesis”.
Más allá de la pandemia de coronavirus y las dificultades de las clases en virtualidad, la igualdad de oportunidades siempre fue un reclamo para la población mbya guaraní de Misiones. En este sentido, González recordó que previamente “también ingresaron en la UNaM unos cuantos chicos y chicas de diferentes comunidades, pero siempre abandonan por diferentes motivos. La cuestión económica es el problema mayor”.
En materia de inclusión, opinó que “las universidades lamentablemente por ahora no tienen en cuenta a los pueblos indígenas. Son pocas en la Argentina las que lograron con mucho esfuerzo de los mismos pueblos indígenas armar un programa con financiamiento universitario. Uno de los casos que conozco es la de Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Nacional del Nordeste”.
Como estudiantes de la Universidad Nacional de Misiones “hemos intentado seguir estos pasos, pero por diferentes motivos todavía no se ha avanzado en armar un programa intercultural. De momento, contamos con acceso a lo básico, como son las becas del albergue y comedor”, añadió.
Martín González compartió que al momento de trasladarse hasta Posadas para iniciar las clases en la Facultad de Humanidades y Ciencias Social “muchos compañeros y compañeras de clases nos hicieron la vida universitaria más cómoda, salvo algunas situaciones de discriminación que nos pasaron”.
Desde la Universidad Nacional de Misiones aclararon que la presencialidad plena se dará de manera progresiva y que para el 2022 recién se espera incrementar la cantidad de los estudiantes en las aulas. Para entonces, este estudiante indicó que retomará la cursada de la carrera que está próximo a finalizar.
Luego de recibirse, tanto Martín como su hermano, “tenemos como objetivo ser profesionales de una Universidad Pública, ejercer para ayudar y defender a los nuestros”, remarcó. Sobre el Trabajo Social, indicó que “particularmente me gustó mucho por la orientación, su amplio espacio de trabajo en lo social y político”.
En cuanto a la situación de la educación obligatoria en los pueblos originarios de Misiones, Martín González detalló que “en las comunidades básicamente hay acceso a la educación primaria. En la secundaria, recientemente también hay establecimientos en algunas comunidades más grandes, con mayor población, pero en muchas comunidades lejanas de las zonas urbanas los jóvenes no tienen posibilidades”.
Sobre la decisión de continuar capacitándose lejos de la comunidad a la cual pertenece, aclaró que “el interés por la educación superior fue motivado por diferentes causas. Uno de ellos es la falta de profesionales para la comunidad, en muchos ámbitos. Es una manera de poder ayudar a nuestro mburuvicha en defensa de nuestro territorio y demás derechos postergados”.
A pesar de las dificultades, contó que “con alegría vi que algunos chicos pudieron recibirse en sus carreras. Tal es el caso de Anselmo Fernández, de Ruiz de Montoya, que finalizó el Profesorado en Lengua y Literatura, al igual que Sixto Ferreira profesor de Educación Física. Los dos estudiaron en institutos de educación superior privados, donde accedieron por sistemas de becas especiales”.