Cuando esto sucede todos los caminos nos parecen iguales. En cambio, quien tiene en claro sus metas se mueve con pasión.
Si anhelamos que nuestros resultados sean satisfactorios, debemos preguntarnos: “¿Qué es lo que quiero lograr en la vida?”. Es decir, intercambiar objetivos generales por objetivos precisos. No es lo mismo querer disfrutar de mucho dinero y buena salud, que determinar metas específicas en ambas áreas.
¿Cómo obtener los resultados que esperamos? Te invito a considerar estas tres ideas prácticas que todos podemos aplicar:
a. Establecer qué quiero y hasta dónde me gustaría llegar
Una vez que sabés qué querés con claridad, recordate a cada momento que todo eso “te lo merecés”. Muchos se autoboicotean lo bueno por no percibirse como merecedores de ello.
b. Cuantificar los objetivos
Siempre poné en números tus objetivos, lo cual te da la posibilidad de medirlos y, más adelante, evaluar si los alcanzaste o no. Hay personas que prefieren no hablar de números, pero lo cierto es que las meta que no son cuantificadas rara vez son alcanzadas.
c. Dividir los objetivos en metas pequeñas
Si te fijás metas pequeñas, serás capaz de darte cuenta de si vas por buen camino, o no, hacia el cumplimiento de tu sueño.
Cuanto tenemos sueños grandes, nuestras metas deberían ser pequeñas. La razón es que, si tenemos metas grandes, sentiremos frustración si no las podemos cumplir. Supongamos que me propongo bajar 20 kilos en un mes; si solo puedo bajar 5 kilos, me sentiré frustrado. En cambio, si esa misma cantidad de kilos me propongo perderla en cinco meses, me resultará más sencillo lograrlo y me motivaré para seguir adelante y no abandonar antes de tiempo.
La mente humana es dueña de un mecanismo automático que le coloca a cada experiencia vivida un rótulo. Estas calificaciones nos generan emociones. Entonces, si por una experiencia negativa, vos te sentís que no servís, cuando alguien te diga que no tenés capacidades, lo vas a creer sin cuestionártelo. Toda vez que las voces que escuchamos nos lastiman, esto se debe a que ese concepto se halla en nuestro interior. Las palabras de la gente nos afectan únicamente cuando concuerdan con nuestra voz interna.
¿Te gustaría obtener resultados extraordinarios? Soltá esas voces negativas que te hablan en la mente todo el tiempo y te provocan sentimientos que te limitan. Estas son algunas de esas voces: preocupación-crítica-queja-victimización-perfeccionismo-falta de confianza-duda.
Si tus sueños son grandes, es fundamental que reemplaces negatividad por optimismo. Funcionar negativamente solo te priva de energía, entusiasmo y vida para avanzar superando obstáculos. Además, no te permite ver con claridad el camino hacia la cima. En una mente saludable, solo hay espacio para ideas que se orientan hacia resultados óptimos.