Marianella tiene 48 años y es mamá de dos adolescentes, trabaja mucho, come apurada y mal, además de un gran nivel de estrés.
A veces pasa del desayuno a la cena mientras picotea una que otra cosa, “falta tiempo para todo”, me dice varias veces. Toma mate como puede, pues trabaja en una boutique donde a veces no se sienta en toda la mañana o tarde, mientras que otros días está más tranquila. Su rostro debe mostrar una sonrisa y ayudar a elegir teniendo una imagen que no corresponde con su día a día, siempre aparenta “estar como no está” y eso le genera tensión constante. Tensa y disconforme con todo a su alrededor, poca vida social, su vida gira en torno a sus hijos y su trabajo entonces todo le cae mal. Se siente cansada a diario y no termina de reponerse.
Es de contextura delgada pero siempre dice que por más que coma poco siente distensión y dolores, cólicos, va de cuerpo cada dos o tres días, en forma habitual suele tener acidez y a veces diarreas profusas.
Ya no sabe qué comer, siente dolores y distensión me aclara que no puede hacer tantos preparativos ni cambios, lo cual ya es un dato negativo.
La escucho y entiendo, pero es difícil seguirla: quiere estar bien, pero dice que no puede hacer grandes cambios. Toma antiácidos y calmantes para sus intestinos, ya no los quiere tomar porque son demasiadas cosas para igual sentirse muy mal.
Conclusión: queremos estar mágicamente bien con una pastillita sin lograr cambios radicales en el estilo de vida. Es el gran desafío, brindar herramientas y sobre todo acompañamiento.
Nuestro segundo cerebro sabemos que se encuentra en los intestinos, entonces lo primero es saber cómo puedo disminuir tanta tensión.
Los que tenemos hijos adolescentes sabemos que cuanto más intentamos hacer bien las cosas, menos aprobación tenemos y aunque nos quieren, más de una vez parece lo contrario.
El primer paso es tener en claro que somos la prioridad porque precisamente somos los adultos responsables de la familia y en el trabajo, tenemos que estar bien para nosotros y para ellos.
Dedicarse más tiempo, descansar bien y por eso mis aliadas favoritas son la respiración y la melatonina, que actúa como antioxidante e inductor del sueño, y aunque caiga el mundo a mi alrededor debo descansar. En particular le sugerí que haga compota de manzana al por mayor y guarde en la heladera agregan pasas de uvas.
Solo algo que despierte su cuerpo con amorosidad, fácil de preparar y fácil de digerir, al llegar a su trabajo que coloque cúrcuma en el termo con una pizca de pimienta negra y valeriana para tomar durante la mañana.
Como suplemento, la glutamina ayudará a reparar, fortificar y elevar las defensas sin dañar como los antiácidos o antiespasmódicos.
Es uno de los 20 aminoácidos esenciales y junto a la cúrcuma ayuda a desinflamar y reparar mucosas.
El líquido es fundamental y cuando incorporamos este tipo de infusiones seguro distendemos y quitamos presión.
Simplemente logrando un descanso reparador y aumentando la fortaleza intestinal con glutamina, el cambio comenzó a notarse, los dolores mermaron un poco y eso le daba ánimo para seguir.
Marianella utilizó infusiones y la conjunción de melatonina y glutamina para tratar una inflamación generalizada antes de cada comida, la enriqueció y durante la noche logró optimizar el descanso.
Las sugerencias se amoldan a cada paciente y sus posibilidades, lo importante es no automedicarse y confiar en el profesional que lo guíe teniendo en cuenta sus particularidades.