“Pasaron cosas” decía el expresidente Mauricio Macri en junio de 2018 cuando intentaba justificar el agravamiento de la crisis económica argentina que desde antes y desde entonces no deja de empeorar producto de las circunstancias y de las malas decisiones.
“Pasaron cosas” parece ser el mantra político de estos tiempos para dar vuelta la página. Cuando recién asumió entre fines de 2019 y principios de 2020, el ahora presidente Alberto Fernández marcaba la pauta de su gestión en lo inmediato: gobernar para los más necesitados que se habían caído del sistema y no tocar la macroeconomía hasta tanto se lograra un acuerdo con el FMI. Pero arreglar la macro, aseguraba con conocimiento, era vital para pensar en un país hacia adelante.
Desde entonces “pasaron cosas” … muchas cosas. Entre ellas una pandemia que -junto a pésimas decisiones-, empujó a miles de familias a engrosar el volumen de esos necesitados que se cayeron del sistema.
En cuanto a lo otro, decía Fernández, no tenía sentido avanzar con el arreglo de la macroeconomía (el proyecto económico del país a mediano y largo plazo) en tanto no se tuviera un panorama claro de cómo quedaba Argentina de cara a su enorme deuda con el Fondo. Pues bien, en un almuerzo ayer con empresarios el jefe de Estado, con una elección comprometida por delante y la mitad del mandato desarrollado, les adelantó que el acuerdo llegaría en 2022.
Sin dudas “pasaron cosas” encaja perfectamente en este contexto. El problema es que mientras tanto las condiciones siguen empeorando y con ello se sigue comprometiendo el futuro de millones de argentinos, porque mientras no se trabaje en la macro no se puede siquiera proyectar a mediano plazo.