En el barrio Cruz del Sur las cosas se hacen todo a “pulmón”, con esfuerzo y la solidaridad de varias personas comprometidas en ayudar al que menos tiene, en un vecindario donde a nadie le sobra nada. Allí funciona un espacio de merienda que atiende a unos ochenta chicos que asisten en busca de una taza de leche o chocolatada, una cifra que sigue creciendo y que refleja la necesidad existente en la zona.
La capilla Itatí es el punto de referencia, hasta allí llega la gente de Cáritas Argentina Posadas con su encomiable labor, haga frío, llueva o las altas temperaturas pareciera que “rajan la tierra”, ellos siempre dicen presente acercando mercaderías.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, doña Ana, una vecina del barrio, destacó que “las cosas cada vez se están poniendo más complicadas, todo aumenta y muchos no pueden conseguir para comer todos los días. Acá hay gente humilde, que trabajan o hacen changas, como queda bastante lejos de todo, los chicos suelen quedar con los hermanitos más grandes, con la mamá o algún pariente durante gran parte del día”.
Agregó que “es por eso que para nosotros es importantísimo que brinden la merienda la gente de la capilla, porque nadie más lo hace. También nos ayudan con ropas, calzados, lo que pueden porque de lo contrario la pobreza se va sintiendo cada vez más”.
Otra de las vecinas, Beatriz, contó que “poco a poco se fue poblando la zona. Acá a pocas cuadras se habilitaron nuevos barrios del Iprodha, se instaló el Parque Industrial, se asfaltó una buena parte y eso también trajo más gente a Cruz del Sur porque hay quienes son parientes de los que les entregaron la casa y quieren estar más cerca, entonces vinieron a vivir por la zona”.
También resaltó que “la gente de acá es muy solidaria, ayuda a los más chicos porque ellos no tienen la culpa de lo difícil que atravesamos, porque hay muchas familias a las que no les alcanza para comer todos los días, entonces el aporte del merendero de la Capilla para nosotros es un alivio”.
Situación grave
Desde Cáritas Posadas también contaron que “María es la responsable del espacio de merienda de la capilla, donde dos veces por semana sirven la leche o la chocolatada a unos ochenta chicos y también a algunos abuelos. Como consecuencia de la grave situación social y económica que vivimos, el número de niños y niñas que van a tomar la leche no deja de aumentar y se empiezan a incorporar algunos ancianos”.
Durante la última visita la gente de Cáritas, con el padre Alberto Barros siempre presente, entregaron once packs de leche, dos de azúcar, tres de harina, dos cajas de aceite y chocolatada.
“Estos insumos son donaciones de la parroquia Sagrada Familia para colaborar, a través de Cáritas Diocesana, con el servicio generoso y solidario de la comunidad de la capilla de Itatí. Valoramos este servicio de caridad, que brota de la experiencia de una auténtica fe en Jesús, el amigo de los pobres y sufrientes”, indicaron.
