Nuestros cambios hormonales como el síndrome premenstrual, climaterio, ovario poliquístico son importantes porque hablarán de cómo nos sentimos. Conocer es lo ideal para poder aprender a cuidarnos. Por ejemplo, la buena alimentación comienza con la base de cómo la recibo, ya que emoción-nutrientes van juntas.
Se calcula que el 80% de mujeres de 12 a 50 años han sufrido dolores por el desequilibrio estrogénico.
Este desequilibrio puede suceder por diferentes causas, pero la base es el estrógeno, los síntomas son desde cefaleas a distensión abdominal, gases, edema, alteraciones del humor.
Este estrógeno se regula por el eje hipotálamo hipofisiario que tiene que ver con todas las hormonas del cuerpo.
Cuando decimos “me alimento sano, pero vivo estresada” no puedo absorber adecuadamente nada. La flora intestinal microbiota se desequilibria básicamente por el estrés, todo en nosotros se rige por ciclos hormonales, la adrenalina sustancia reguladora de la cascada de estímulos físicos del estrés tiene que ver desde los latidos de nuestro corazón, cómo hablamos, cómo descansamos, hasta la retención de líquidos. Todo, todo.
De ahí el auge de tantos tipos de terapias para regularla, técnicas de relajación, cambios de estrategias, perspectivas, todo parte de buscar la armonía en nuestro eje hipotálamo hipofisiario, ya que las hormonas determinan cómo absorberemos los nutrientes y la flora provoca diminución de absorción.
Este déficit provocará que no se absorban y de ahí los grandes desfasajes pese a que me alimente bien y de ahí la importancia de regular nuestras emociones.
A esto se suma la alteración hormonal propia de los ciclos y los niveles de estardiol. Una de las hormonas más afectadas es la encargada del descanso, no podemos regular el nivel de melatonina y el sueño cada vez es más liviano y menos reparador nos llenamos de toxinas por no dormir bien.
Decidir cuidarnos es la mejor manera de considerarnos valiosas y desde nuestro bienestar podremos acompañar mejor a todos los que nos rodean
Tener en cuenta
- Cómo me siento la mayoría del día.
- Dónde localizo mis molestias.
- Me siento querida por mí, en mis cuidados generales.
- Cuánta agua consumo diariamente.
- Voy de cuerpo, cómo es mi materia fecal.
- Cuántas veces consumo lácteos, harinas y azúcares en el día y cómo me siento al hacerlo luego de algunas horas.
- Cómo descanso.
- Realizo alguna actividad recreativa.
Todo esto nos ayuda a tener un panorama de cuales serán la etapas del tratamiento conocernos es fundamental.