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Desde el barrio El Porvenir 2, reclaman falta de atención en el CAPS “San Isidro Oleros” de la zona. Según contó a PRIMERA EDICIÓN el referente barrial, Carlos Sosa, “hace dos años venimos pidiendo por esta problemática y las autoridades sanitarias nos prometen que van a tomar cartas en el asunto, pero hasta ahora, todo sigue igual”. Por esta problemática “hicimos movilizaciones y logramos que la atención mejore pero fueron por pocos meses. Después todo siguió igual”.
En el barrio El Porvenir 2 viven cerca de 1.700 familias. Según dijo Sosa, “el CAPS atiende de lunes a viernes, pero no hay horario establecido de apertura ni de cierre. Por ende, un día podés ir al mediodía y está abierto, pero al siguiente está cerrado. ¿Qué pasa si una criatura necesita atención primaria hasta que llegue la ambulancia?”, protestó. “Acá se murió gente esperando una atención primaria de salud”.
En este sentido, agregó que “acá no hay ambulancia, no hay una guardia mínima y faltan doctores. El doctor generalista a cargo del CAPS viene, supuestamente, los lunes, miércoles y viernes, pero no está cumpliendo con el horario porque las propias enfermeras en el CAPS le advierten que no hay pacientes”.
Por su parte, “el pediatra viene los martes y jueves, pero se ve saturado porque hay muchos chicos en el barrio, entonces te dan turnos para las próximas semanas y mientras tanto las criaturas tienen que esperar enfermos”.
A 8km del CAPS más cercano
Ante una urgencia, y cuando el CAPS “San Isidro Oleros” está cerrado, los vecinos deben acudir al CAPS más cercano que está a 8 kilómetros. Sin embargo, trasladarse hasta allá no es fácil ya que tienen mala señal telefónica para llamar a la ambulancia, el acceso al barrio es dificultosa y son pocos los que cuentan con un medio de transporte propio. Cuando consiguen llamar a una ambulancia, “hay que caminar diez cuadras para llegar a la ruta y esperarla, porque no es fácil llegar al barrio. Hacer un kilómetro ante una emergencia es muy duro”, explicó.
Además, “acá somos gente que no tenemos los medios económicos como para irnos hasta allá en taxi”, por lo que esta no es una opción a los que los vecinos puedan acceder.
No atendieron a su bebé
A pesar de que los reclamos datan de hace años, Sosa contó que el caso de su bebé fue la gota que rebalsó el vaso. “Fue un martes a la noche. Mi bebé había estado toda la noche con fiebre y esperé a que mejorara, pero a la madrugada decidimos llevarlo al Hospital Pediátrico”, relató.
Lo atendieron en la guardia, le dieron un medicamento y le recetaron otro, y le aconsejaron que lo llevara ese mismo día al CAPS del barrio porque “la medicación que le dieron le iba a disminuir el catarro, pero necesitaba que lo vea el médico clínico”. Como los miércoles el pediatra no atiende, asistieron al CAPS para que lo viera el médico clínico. “Ahí me encontré con que estaba todo cerrado, no había nadie. Habían puesto un cartel que decía que se habían ido”, siguió.
Durante todo ese día, “mi bebé no tuvo atención médica, no pude retirar su medicamento y pasó todo el día con fiebre y tos”. Como diluviaba y su auto estaba en el taller, “no pude irme a otro centro de salud”.