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Para muchos, la soledad en pandemia fue una experiencia positiva que les permitió reencontrarse con sí mismos. El 72% de jóvenes de entre 20 a 45 años consultados por PRIMERA EDICIÓN consideró a la soledad en pandemia como “una experiencia positiva”.
La soledad suele estar asociada a efectos negativos, pero “es importante diferenciar la soledad del estar solo”, dijo a PRIMERA EDICIÓN la psicóloga y fundadora de Enredados, Silvana Bono.
“La soledad es sana y todos en algún momento del día tenemos pequeños ratos de soledad cuando nos pegamos una ducha, por ejemplo, o cuando nos quedamos solos en casa. Otra cosa es cuando uno no tiene, o siente que no tiene compañía en su vida”, explicó.
Reconocer la soledad
Durante las primeras etapas de la pandemia, “tuvimos muchos pacientes con miedo a la soledad, la relacionaban con estar solos. El tratamiento consistió en ayudarlos a ver la diferencia y a medida que fueron entendiendo que la soledad no implica estar solos, les resultó mucho más sencillo transitar la pandemia e incluso les trajo experiencias muy lindas”.
Al consultar por las sensaciones despertadas durante la pandemia, una entrevistada contó que “el tiempo más difícil de la pandemia la viví con mi familia y aún así tuve momentos de soledad muy depresivos. Las formas de conexión que encontré fueron cruzarme y hablar con el kiosquero o mercaditos del barrio. Eso me generaba mucha paz. Interactuar con gente fuera de mi entorno me dio la sensación de no estar sola”.
El primer paso para sacar provecho a la soledad, es reconocerla. “Cuando se dan cuenta de que es parte de ellos, aprender a convivir con ella e incluso la atesoran”, dijo Bono.
“Al final del día estás con vos mismo, por eso lo ideal es llevarse bien con uno mismo”, expresó uno de los consultados. Otro, aseguró que la soledad pandemia le permitió “dejar de tener encuentros obligatorios”, mientras que otro dijo que “potenció lo que a cada uno ya le pasaba internamente”.
Según la psicóloga, “la gente se redescubrió en soledad y se empezaron a preguntar qué cosas buenas podían hacer con y para ellos mismos”. “Me di cuenta que necesitaba preocuparme por mí y por mis emociones”, fue otra de las respuestas.
Soledad en ancianos, jóvenes y adultos
En rasgos generales, la soledad en los adultos de la tercera edad despertó su lado más creativo. “Se animaron a aprender un montón de cosas, principalmente lo relacionado a la tecnología, porque era la única vía que tenían para comunicarse con sus hijos o nietos”, señaló Bono.
Por su parte, los adultos y padres pudieron entender un poco más a sus hijos. “Es común que el adolescente busque estar solo, pero antes los papás relacionaban esto con portarse mal. Al estar solos dentro de una misma casa, a los padres no les quedó otra que respetarlos. Les dio más confianza porque entendieron que los adolescentes pueden estar solos y hacer cosas saludables”, agregó.
En los jóvenes “vimos una capacidad de autoconocimiento”, destacó. “Entre los 15 a 30 años, hubo una introspección muy importante. Quisieron conocerse más y tuvieron tiempo de reflexión para conectarse con ellos mismos desde otro lugar”, subrayó.
Es un proceso
A pesar de que la pandemia enseñó a aceptar y aprovechar la soledad, Bono destacó que el reencuentro con uno mismo, no fue sencillo. “El 2020 fue, a nivel de salud mental, muy difícil. Hubo muchas consultas por depresión, ansiedad, tentativas de suicidio… Los que pudieron y quisieron pedir ayuda, tuvieron que hacer un trabajo interior continuo de más de diez meses que todavía continúa”.
En este sentido, consideró que “los jóvenes no fueron pacientes de riesgo en cuanto a la salud física, como los adultos de la tercera edad, pero sí fueron y son pacientes de riesgo en cuanto a la salud mental y lo emocional. No hay que olvidar que muchos perdieron a sus abuelos ya sus padres, les golpeó muy fuerte”.
Por ello, aconsejó que “se ocupen de su salud psíquica para poder salir bien de todo esto. Las familias tienen que estar atentas y hablar. Si ven que sus hijos no pueden poner en palabras lo que les pasa, pidan ayuda para evitar justamente, que estén solos”.