La decisión presidencial de enviar al Congreso un plan económico (al que se formará tras las elecciones legislativas) es una buena señal aun cuando la iniciativa haya surgido luego del resultado desfavorable del domingo.
Ya pasaron dos años desde que la actual administración advirtió que no compondría la macro hasta tanto se logra un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Haber pospuesto ambas cuestiones hasta estas alturas de la gestión trajo consecuencias políticas, pero también sociales y sobre todo económicas para la mayoría de los argentinos.
Con todo, vale repetirlo, no deja de ser positiva la señal de someter a discusión en el Parlamento un paquete de leyes que conformaría el nuevo programa económico hasta finalizar el mandato. Quizás sea demasiado ambicioso “el programa económico plurianual para el desarrollo sustentable”, tal y como lo describió el presidente Alberto Fernández el domingo por la noche.
Pero de exhortaciones al optimismo vive la clase dirigencial, y eso ya nos queda claro a todos.
“La aprobación de un plan económico creíble con el apoyo del FMI sería positivo en términos crediticios para Argentina, golpeada desde hace años por la creciente inflación, el elevado déficit fiscal financiado mediante emisión monetaria y la falta de acceso a los mercados”, dijo en ese sentido el vicepresidente y analista senior de Moody’s para Argentina, Gabriel Torres.
También es cierto que ya pasaron varias horas desde las elecciones legislativas, de que el resultado se haya dado a conocer, e incluso de una manifestación por el Día del Militante que sirvió de plataforma de apoyo al jefe de Estado… pero nada se sabe todavía del “programa económico plurianual para el desarrollo sustentable”, ni siquiera algún dato técnico.
Y sería más que importante conocerlo cuanto antes para saber si la iniciativa navega por dislates como pretender que la inflación estará por debajo del 35%, o si vuelve a proponer que los salarios le ganarán al Índice de Precios. Porque ya pasaron dos años de esta presidencia, y unos cuantos más de las anteriores, en las que se nos fueron presentadas propuestas inviables o directamente no hubo plan.