No fue la primera vez que ocurrió. Lamentablemente, los cazadores furtivos no se toman descanso en las áreas protegidas.
Ahora ocurrió nuevamente en el Parque Nacional Iguazú (PNI), donde una patrulla de guardaparques detectó un campamento y presas muertas, una de ellas era ejemplar de pecarí con dos crías.
Junto al atropellamiento de animales por parte de conductores que atraviesan el área natural protegida nacional, se siguen contando de a decenas los que mueren anualmente.
De acuerdo a la información difundida ayer por el mismo Parque, el operativo se realizó “en una picada agreste realizada por cazadores furtivos, encontraron un cráneo de tapir y dos ejemplares de pecarí labiado, uno de ellos con dos crías en su interior”.
Todo parece indicar que el hecho había sido reciente, por las condiciones en las que se encontraban las presas de la caza ilegal detectada por los guardaparques del PNI.
En la organización de los todavía anónimos predadores, se reveló que contaban con una estructura precaria.
Según el parte oficial, “Realizando un rastrillaje en las inmediaciones del lugar, muy próximo a la ruta nacional 101, dentro del Parque, se encontró un campamento, y también una estructura que se conoce como ´sobrado´, un lugar que los cazadores furtivos construyen en los altos de los árboles para esperar a los animales”.
A su vez, se agregó que “en el lugar había un ´cebadero´ con sal para atraer a los animales de nuestra selva al lugar, para después abatirlos. Todo esto fue desactivado dentro de los procedimientos utilizados por los Guardaparques Nacionales, para que no se vuelva a utilizar el lugar para la caza furtiva”.
Las autoridades del PNI destacaron que “El Cuerpo de Guardaparques del Parque Nacional Iguazú continúa el trabajo de patrullas, recorridas y controles en nuestra área natural protegida, cuidando y resguardando este Patrimonio Natural de la Humanidad”.