Hace diecisiete años, María Fernanda Lauro se convirtió en la piedra fundamental para el desarrollo de las mujeres en el canotaje argentino, ya que fue la primera palista del país en clasificar para una cita olímpica, ya que hasta ese entonces hubo participaciones de otras argentinas en este deporte, pero fueron invitadas.
En Atenas 2004, la chaqueña Lauro marcó un hito histórico como deportista. En la actualidad, Fernanda sigue siendo parte del gran circuito del canotaje nacional, pero ahora como entrenadora.
Es la profe del equipo del Regatas Resistencia de Chaco, ese mismo club donde empezó a palear y donde soñó con participar en unos JJOO mientras remaba en el río.
Lauro estuvo el pasado fin de semana en la capital de la tierra colorada con un grupo de deportistas de Regatas para competir en la segunda fecha del Regional del NEA y allí, entre órdenes, consejos y cuidados, se tomó un tiempo para conversar con EL DEPORTIVO.
Sin dudas que Atenas 2004 sigue en el recuerdo de Fernanda, por eso resultó inevitable comentar que “un Juego Olímpico es una de las competencias que uno más anhela, por lo menos yo me esforcé muchísimo para llegar. Encima no fue en mi primer ciclo olímpico, pero seguí entrenando y, participar en uno fue cerrar una etapa deportiva”.
Lauro aseveró que “es muy gratificante haber competido en un Juego Olímpico” y agregó que “es un sacrificio con gusto, que lleva mucho tiempo pero es hermosa la experiencia. Después de eso seguí compitiendo, fui mamá y ahí me volqué a la docencia deportiva”, dijo.
“Todo JJOO tiene una carga distinta, una nota diferente. La competencia no es de un mes a otro, son años de entrenamientos para una clasificación, son plazas reducidas y hay que dar lo mejor. Tiene una connotación emocional, porque se sensibiliza un montón de cuestiones en cada regata”, manifestó.
Desde Chaco llegaron a tierras misioneras alrededor de treinta personas, la mitad de ellas competidores. “Nuestro objetivo fue competir, tratar de estar lo más cerca de los tiempos de punta, y sobre todo que los chicos puedan sociabilizar con sus pares”, dijo Fernanda sobre el pasado torneo organizado por el club León Seró de Posadas.
Sobre el regreso pos COVID- 19, Lauro reconoció que “esperamos muchísimo tiempo para competir, luego que se fueron levantando las restricciones aumentó la ilusión y las ganas de volver a los torneos. Se siente bien, es lindo regresar con nuestros niños del club y su desarrollo, sino también con competir en otras provincias, en otros paisajes, lo que nos llena a todos”.
Por último, recordó que “yo me inicié de la misma manera, yendo a todas las regatas, las competencias”, pero advirtió que “ahora ya estoy en el rol docente. Tratando de mejorar a los chicos, independientemente de la competencia. No todos los chicos se llevan bien con competir, con las exigencias e incluso los entrenamientos, entonces los acompaño en todo lo que sea el desarrollo integral”.
Atenas 2004 ya quedó muy lejos, aunque la nostalgia siempre está presente en Fernanda, sobre todo cuando recuerda que no pudo meterse en la final del K-1 500 metros. Aunque hoy la movilizan otras cosas, los regionales, el desarrollo de los deportistas y también cosas simples como esa foto final que se sacó para EL DEPOR, con sus chicos abrazados y rodeando a la sonriente profe Fer.