
Polémica imputación determinó durante las últimas horas el juez de San Vicente, Gerardo Casco, para un hombre de 45 años que fue detenido luego de arrancarle la nariz de un machetazo a un vecino hace poco más de 20 días.
“Lesiones leves y amenazas”, es la acusación provisoria pero en las actuaciones y sumario de los efectivos policiales de la Unidad Regional VIII, lo sucedido indica un episodio de violencia extrema y que incluyó un intento de dispararle a la víctima, también de 46 años, con un arma que se trabó.
Lo que se investiga desde el jueves 18 de noviembre como “presunto homicidio calificado en grado de tentativa y amenazas”, llamativamente se transformó para el juez instructor en “lesiones”, por lo que el sospechoso estaría en condiciones de recuperar la libertad con el beneficio de la excarcelación supeditada a la causa.
El ataque ocurrió pocos minutos después de las 7 del día mencionado y fue alertado incluso por un hermano de la víctima quien mediante mensaje de texto le comunicó que el agresor estaba afuera de su vivienda en el barrio Parque de San Vicente.
Se bajó de una camioneta Volkswagen Amarok gris y comenzó a gritar para que saliera a la calle. Apenas lo vio salir habría comenzado a gritar: “Ahora te voy a agarrar, te voy a cagar a tiros”.
La amenaza se transformó en acción directa cuando sacó de la cintura una pistola oscura y le apuntó a su víctima a la cabeza pero el intento habría fallado dos veces porque se trabó.
Furioso el violento no desistió de continuar con su intención y volvió a señalar a los gritos: “Quedate tranquilo ahí, compré un machete, nuevo y para usarlo con vos”. De la caja de la camioneta extrajo la filosa herramienta de medio metro de largo y se abalanzó sobre su objetivo.
El primer machetazo fue esquivado por la víctima, pero su reacción por escapar hacia adentro de su casa no tuvo la misma suerte. El agresor lo alcanzó rápidamente porque se cayó al piso y sufrió un corte largo y profundo en la pierna derecha.
Cuando luchaba por sujetar la extremidad, gritar por auxilio y esquivar los siguientes machetazos, se evidenció que la intención de asesinar estaba latente. Dos nuevas estocadas, seguidas de gritos e insultos, no fallaron y alcanzaron la cabeza del vecino en el piso.
El filo del machete y la fuerza puesta por el ataque le arrancaron por completo la nariz a la víctima.
El ataque fue frenado por el hermano y la esposa de la víctima, quienes sujetaron al victimario y este desistió de continuar con el dramático episodio pero no se retiró del lugar sin aclarar: “Voy a volver y la próxima voy a terminar lo que empecé con vos, pero también voy a terminar con tu mujer y tu hijo”.
Luego de ello, el agresor se subió a su camioneta y se retiró del lugar en dirección a su vivienda, en el mismo barrio, a pocas cuadras y por la misma calle.
En cuanto al herido, fue trasladado al hospital donde permaneció internado durante ocho días, tres de ellos en terapia intensiva e inconsciente. Hoy se recupera de las lesiones con curaciones periódicas tanto en la pierna (seis puntos) como en las suturas realizadas en el rostro.
En cuanto a esta última lesión, en el Hospital Ramón Madariaga se le realizarán cirugías reconstructivas, adelantaron fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN.
“Desde el delito más grave”
En representación de los derechos de la víctima, el penalista Hugo Zapana presentó hace pocas horas el requerimiento que se lo tenga como querellante en la causa. Argumentó en su primer planteo que no se trata de un caso de “lesiones y amenazas” simplemente sino de un intento de homicidio.
“La tentativa se configura en el momento en que el agresor esgrime el arma de fuego e intenta disparar sin poder consumar el homicidio y también se configura el homicidio en grado de tentativa, al golpearlo con el machete en la cabeza, zona vital, y desprendiéndole la nariz del machetazo. Si esto no tuvo un fin homicida, sólo podrá determinarse imputando el delito más grave, como debe hacer un buen juez de instrucción”.
También se remarca en la presentación que “si aparece un muerto y usted investiga un suicidio, nunca se podrá determinar si alguien lo mató. Desde la universidad, desde la doctrina y la jurisprudencia, se indica en forma palmaria que hay que comenzar investigando el delito más grave e ir decantando hasta llegar a la verdad real”.
Para el abogado la calificación o imputación provisoria debería corresponder a “homicidio en grado de tentativa, agravado por el uso de arma de fuego en concurso con amenazas”, delitos previstos en el artículo 79 en función de lo dispuesto en los artículos 41 bis, 42 y 149 Bis del Código Penal Argentino.
El dolo de homicidio habría quedado de manifiesto en el agresor porque propinó no sólo un machetazo, sino dos, de los cuales “por milagro no mataron a mi poderdante, siendo interrumpida esa actitud homicida por su señora esposa. Además intentó matarlo con un arma de fuego, sin lograr consumar el homicidio”, remarcó Zapana.
“Dos machetazos en el rostro y pierna, más dos balas que no salieron del arma, no constituyen una imputación de lesiones, es mucho más grave”.