Según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en una actualización técnica, Ómicron se difunde más rápido que la variante delta, que hasta ahora es responsable de la mayoría de los contagios en el mundo.
“Con las pruebas limitadas con las que contamos, parece que la Ómicron tiene una ventaja cualitativa sobre la delta. Se propaga más rápidamente que la variante Delta en Sudáfrica, donde la circulación de la Delta era baja, pero también parece propagarse más rápido que la variante Delta en otros países en los que la incidencia de la Delta es alta, como en Reino Unido”, explica el texto.
Pero por el momento, la falta de mayor información impide afirmar si la tasa de transmisión de Ómicron se debe a que logra sortear la inmunidad, a que sus características la hacen más contagiosa o una combinación de ambos factores.
La OMS proyectó, además, que “Ómicron superará a la cepa Delta en los lugares donde hay transmisión comunitaria”.Los datos todavía son insuficientes para establecer el nivel de gravedad del cuadro clínico que provoca Ómicron, incluso si por el momento los síntomas parece ser de “leves a moderados” tanto en el sur de África como en Europa.
Con respecto a las vacunas, los pocos datos disponibles inducen a pensar que el perfil genético de Ómicron “baja la eficacia con respecto a la protección del contagio”.
El fabricante Pfizer/BioNTech indicó la semana pasada que un esquema de vacunación de tres dosis sigue siendo “eficaz” contra Ómicron.
Los países que tienen medios están alentando a la población a recibir una tercera dosis. Este es el caso de Europa donde hay una nueva ola de contagios provocada por la irrupción de Delta, el abandono de las medidas de prevención y por las bajas tasas de vacunación en algunos países.
Las autoridades británicas elevaron ayer a Nivel 4 el estado de alerta debido a la difusión de la variante Ómicron del coronavirus, un nivel inédito desde el pasado mes de mayo, tras constatar una rápida expansión de los contagios de la nueva variante.
El Nivel 5 es el de riesgo de colapso de los servicios sanitarios, mientras que el Nivel 4 refleja un “alto nivel de contagios”. El Nivel 3 es el de “virus en circulación general” y el Nivel 2 es el de número bajo de casos y contagios. El Nivel 1 indica que el virus ya no está presente.
El comunicado conjunto de las autoridades de las cuatro naciones refleja que la variante Ómicron se está difundiendo mucho más rápido que la variante Delta y que se ha reducido la protección de las vacunas para la enfermedad sintomática.
“Los datos sobre la gravedad estarán más claros en unas semanas, pero las hospitalizaciones por Ómicron son ya una realidad y se prevé que se incrementen rápidamente”, indicaron. Además, pidieron a la población vacunarse, a ponerse la dosis de refuerzo, mantener las habitaciones ventiladas, llevar mascarilla, hacerse pruebas a menudo y a aislarse en cuanto se den síntomas.
En Inglaterra los mayores de 30 años podrán solicitar la dosis de refuerzo desde este lunes y en Escocia los de entre 18 y 29 años podrán hacerlo a lo largo de la semana. Gales, Inglaterra y Escocia esperan haber suministrado la dosis de refuerzo a toda la población adulta para finales de enero. Irlanda del Norte proporciona ya la dosis de refuerzo a los mayores de 30 años.
El Ministerio de Salud también anunció el domingo que a partir de desde este lunes los casos contactos de las personas totalmente vacunadas van a tener que someterse a pruebas de antígenos durante siete días. Aquellos que no están vacunados deben permanecer aislados durante diez días.
Estas medidas se suman a la estrategia anunciada por Johnson como un retorno al teletrabajo y el uso de un pasaporte sanitario en algunos lugares, que serán votadas el martes por el Parlamento.
El Reino Unido es uno de los países más golpeados por la pandemia con cerca de 146.000 muertos y cerca de 50.000 nuevos contagios cada día.
Cifras caóticas
Estados Unidos sobrepasó ayer la barrera de 800.000 muertos por COVID-19 desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020, un balance mayor que el año pasado, pese al avance en las técnicas para enfrentar la enfermedad y a tener 72% de su población completamente inmunizada.
Durante 2021 el número de fallecidos por coronavirus fue de 450.000, la mayoría de los cuales fueron pacientes no vacunados, un número superior al balance total de muertos en 2020.
Pese a los avances en la atención a los pacientes transitando esta enfermedad, como los anticuerpos monoclonales y otras opciones de tratamiento, los decesos se incrementaron, según la agencia de noticias ANSA.
Por esa razón el gobierno federal insta a la población a vacunarse y así impedir que el virus genere cuadros graves en las personas, principalmente en mayores de edad y aquellos con un sistema inmune deprimido.
En ese sentido, la red estatal de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomendó dar refuerzos a las personas mayores de 50 años, incluso en ausencia de comorbilidades.
Además, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) autorizó la semana pasada que jóvenes de 16 y 17 años puedan recibir la tercera dosis de la vacuna de la farmacéutica Pfizer/BioNTech una vez que hayan transcurrido seis meses de la última inyección recibida.
En ese escenario, la expansión de la nueva variante Ómicron, hallada por primera vez en Sudáfrica hace casi un mes y ya detectada en 10 de los 50 estados estadounidenses, aumenta la preocupación por su alta contagiosidad y propagación.
Sin embargo, la mayoría de los casos de esta nueva cepa derivaron en cuadros leves en aquellas personas vacunadas, según indicaron los CDC hace dos días.
De los primeros 43 contagios investigados, 34 corresponden a personas que estaban completamente vacunadas y sólo un paciente fue internado durante 48 horas.
En cuanto a la campaña de vacunación, 239.008.166 de estadounidenses ya están totalmente inmunizados, lo que representa el 72% de su población.
Con más de 331 millones de habitantes, Estados Unidos es actualmente el principal foco de contagio en el mundo, seguido por Brasil e India.
Brasil: exigencias para los viajeros
Un juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil dictaminó que corresponde exigir la certificación de colocación de vacunas a los viajeros que lleguen desde el exterior, con algunas pocas excepciones, al hacer lugar a una medida cautelar pedida por el partido Red de Sostenibilidad, mientras el estado de Sao Paulo registró un contagiado con la variante Ómicrom, que no salió del país.
El magistrado Luís Roberto Barroso dictaminó que la prueba de vacunación para un viajero que llega a Brasil desde el exterior sólo puede ser dispensada por razones médicas, si el arribado viene de un país donde se comprueba que no hay inmunizadores disponibles o por razones humanitarias excepcionales.
Barroso concedió parcialmente una medida cautelar pedida por Red de Sostenibilidad pero pidió que la decisión vaya a la sesión extraordinaria del pleno virtual del Tribunal.
Para Barroso, hay urgencia para el tema “por el aumento de los viajes en el próximo período y el riesgo de que Brasil se convierta en un destino antivacunas”.
“La entrada diaria de miles de viajeros al país, la proximidad de las fiestas de fin de año, los eventos precarnavales y el carnaval en sí, capaz de atraer gran cantidad de turistas, y la amenaza de promover el turismo antivacunas, dado que la imprecisión de las normas que requieren su prueba, constituyen un riesgo inminente inequívoco, que autoriza el otorgamiento de la medida cautelar”, señaló el magistrado.
Según la estatal Agencia Brasil, la Red solicitó al gobierno federal que adopte las medidas recomendadas por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) para el ingreso al país con el fin de contener la propagación de la nueva variante del coronavirus.
El Gobierno emitió la Ordenanza Interministerial 611/2021, que requería, para los extranjeros que llegaran a Brasil, prueba de vacunación o, alternativamente, una cuarentena de cinco días seguida de una prueba negativa para el virus antes de permitir la circulación en territorio nacional.
Al analizar el caso, el ministro destacó que el STF tiene la obligación constitucional de proteger los derechos fundamentales a la vida y la salud.