En el marco del trámite express que el oficialismo pretende darle al proyecto de presupuesto nacional 2022, estuvo el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, en la comisión de Diputados.
El proyecto enviado por la Casa Rosada prevé un crecimiento del 4% del PBI, una inflación del 33% cuando admitió que es uno de los principales temas a atender; y un dólar a $131,1 para el año próximo, con lo cual negó una devaluación importante en la cotización oficial. Además, no contempla el pago al Fondo Monetario Internacional.
El ministro Guzmán habló de una “fuerte recuperación” y “reactivación” de la economía ante las críticas opositoras por el incremento del déficit fiscal, la fuerte emisión monetaria, la caída de reservas del Banco Central que el funcionario negó, entre otros temas.
Para el común de los argentinos, escuchar hablar de ciertos indicadores que están en el día a día de las familias, expone una carga de buenas intenciones que están muy alejadas de la realidad.
Guzmán se refirió a un dólar a 131 pesos cuando no se accede fácilmente a esa cifra oficial por los “cepos” existentes, sino al mercado paralelo que ayer cerró en $195,50; de inflación del 33% para todo 2022 cuando en el décimo mes de este año ya estaba en el 52,1% (hoy se conocerá el índice de noviembre). Ambos datos que impactan en la vida de los argentinos contrastan fuertemente entre el ideal y la cruda realidad.
Después, hay muchos otros temas que son parte del tecnicismo y la política, como los superpoderes hasta para fijar alícuotas impositivas que la oposición ya rechazó.
La poca certeza que da el Gobierno en el Presupuesto 2022 no es más que un incremento en la carga de incertidumbre que anticipa el año que se viene para la economía del país.