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El 13 de diciembre de 2011, un matrimonio fue condenado a ocho años de prisión por el delito de “abuso sexual con acceso carnal”. La mujer estaba acusada de embriagar a su hermana y entregársela al marido, quien aprovechó esa circunstancia para someterla a sus más bajos instintos.
La pareja, finalmente, reconoció su responsabilidad penal en el hecho para acceder a un juicio abreviado y a una reducción de la pena.
Los detalles de la causa iban a ventilarse en audiencia de debate oral, en el Tribunal Penal 1 de Oberá, pero se postergó debido al pedido de juicio abreviado formulado por la fiscalía de Cámara, que acordó con la defensa un castigo a ocho años de prisión.
El caso en cuestión saltó a la luz el 7 de agosto de 2010, en un paraje del municipio de Dos de Mayo, conocido como Sol Naciente. Ese día la víctima, que por entonces tenía quince años, llegó a la casa de una hermana en compañía de su padre, aparentemente con la intención de ayudarla en los quehaceres del hogar.
El hombre la dejó y se retiró del lugar sin sospechar el calvario que viviría su hija.
La hermana, de 22, en determinado momento del día, la indujo a beber licor. La falta de costumbre en la ingesta de bebidas alcohólicas, y menos aún de aquellas de fuerte contenido etílico como el licor, hizo que la adolescente se embriagara rápidamente.
En esas circunstancias fue entregada a su cuñado. Pero previamente hubo todo un escenario de lujuria y perversión montado en el interior de la habitación. El hombre encendió el televisor y el DVD para mirar una película pornográfica. En simultáneo, ante los ojos de la menor, que estaba completamente obnubilada por acción del alcohol, el matrimonio conformado por la mujer de 22 años y el hombre de 30 mantuvo relaciones en el cuarto. A renglón seguido, después de la lección de cómo debía comportarse en la cama, la hermana mayor cedió el turno a la menor para que el hombre se convirtiera en el primero de su vida sexual.
Pasaron trece días para que la víctima superara el calvario y se animara a contar lo sucedido a un hermano.
Era el 20 de agosto del año pasado cuando el muchacho repitió la macabra historia a su padre, quien de inmediato se trasladó a la comisaría de Dos de Mayo y denunció a su yerno.