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Un grupo conformado por 23 guardavidas egresó del curso anual de la Escuela Municipal de Posadas que se inició con 80 postulantes en febrero pasado y culminó la última semana con el examen práctico final en aguas del río Paraná. Contó con participantes de 18 a 45 años, entre ellos profesores de Matemática, jóvenes egresados del secundario, personal de la Policía y del Ejército.
El profesor de Salvamento de la Escuela Municipal de Guardavidas, Emiliano Bessone, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “fue un año muy particular porque pasamos de una situación muy cerrada con los protocolos sanitarios vigentes que limitaba la cantidad de gente que podía nadar en una pileta, ocupar el mismo andarivel, compartir el mismo vestuario, era muy poco sociabilizador el curso en una primera instancia cuando en realidad su espíritu es todo lo contrario, se hacía difícil en esa parte. Pero luego se pudo remontar porque se fue abriendo un poquito más todo, a medida que fue pasando el tiempo, incluso gracias a la reducción de la cantidad de gente, pudimos llegar a tener las clases con todos los participantes juntos”.
Bessone contó que la Escuela abrió las preinscripciones en febrero y “en ese momento tuvimos 80 anotados a los cuales les realizamos un testeo para ver quiénes califican para poder hacer el precurso y quedaron 60 personas, que luego de un mes fueron evaluadas con el examen de ingreso aprobado por 45”.
Durante todo el año esas 45 personas participaron de las clases teóricas y luego las prácticas y “siempre van quedando algunos en el camino por diferentes motivos, principalmente por compromisos particulares o porque se dan cuenta que el curso es exigente y llegamos con 23 alumnos a la clase final en aguas abiertas”, apuntó.
El curso de Guardavidas, relató Bessone, “va pasando por diferentes momentos, en la primera es toda la adaptación, donde se hace mucho hincapié en el trabajo técnico de natación y arrancamos con lo básico de salvamento y rescate. Después a mediados del año se empieza a intensificar la parte de rescate para poder igualar con la parte técnica de natación, que es la parte más linda y motivadora pero con la contraindicación que nos encontramos con el pico del invierno y nuestras clases son por la noche. Gracias a que se compensa esa parte dura del año con la más intensa y linda del curso perdura el número de alumnos, se motivan con el salvamento que es troncal de la carrera”.
También destacó que “en los primeros días de noviembre fuimos a un campamento en Ituzaingó donde aprovechamos la corriente, la velocidad que tiene el río allí. La duración fue de tres días y allí se trabajó mucho en la parte de rescate. Es un momento muy lindo del cursado porque el grupo fortalece la unión y ponemos en práctica todos los conocimientos que se van adquiriendo durante el año. Después volvimos y realizaron la pasantía en las playas El Brete y Costa Sur durante aproximadamente dos meses y medio con el apoyo del Cuerpo de Guardavidas de la Municipalidad. Son pasantías enriquecedoras donde los chicos se sacan todo tipo de dudas para poder salir y tomar el mando en una pileta u otra playa”.
Una matrícula bien repartida
El profesor de Salvamento, Emiliano Bessone, explicó que “este año en la Escuela de Guardavidas Municipal tuvimos un 60% de varones, cuando en años anteriores fue casi de 50 y 50%. Hubo gente del interior y de Corrientes”.
Sobre las edades y profesiones de los participantes, remarcó que “fueron variadas, tuvimos policías, personal del Ejército, profesores de educación física, profesores de Matemática y también gente recién salida del colegio secundario. Por ende la diferencia de edad fue bastante amplia desde los 18 años, que es el piso, hasta los 45 años el alumno más grande, pero todos se respetaron y conformaron un muy buen grupo, unido, comprometido con el aprendizaje que siempre es exigente, sin concesiones”.