La variante Delta del coronavirus ya está entre los misioneros. Así lo confirmó el informe epidemiológico nacional y el propio Gobierno misionero lo ratificó. Con un país donde la cepa dominante es la Delta, resultaba imposible que Misiones escapara a los contagios con la misma.
Ahora, incluso, habrá que esperar de un momento a otro que se conozcan casos de contagios con Ómicron.
Las dos variantes mencionadas son reconocidas por su alto nivel de contagio, en especial en aquellas personas que no cuentan con el esquema completo de vacunación (que hoy pasa a ser la tercera dosis más que la segunda). Y Misiones tiene a decenas de miles de ciudadanos en condiciones de inmunizarse pero que no lo hacen.
Esta decisión personal, con una ola en marcha de COVID-19 que avanza rápidamente, volverá a poner a prueba al sistema sanitario tanto público como privado.
Son tiempos de mucha movilidad social (despedidas de año, las fiestas de Navidad y Año Nuevo, vacaciones, recepciones estudiantiles, etc) que se suman a la apertura de fronteras y la llegada de turistas de diferentes puntos del mundo. Todo ello es, sin lugar a dudas, una oportunidad más para que el virus se aproveche de quienes tienen menos defensas para combatir su infección.
Sin olvidar que la gran mayoría dejó de lado los hábitos de uso de barbijo, lavado de manos, desinfección con alcohol en gel o sanitizante, distanciamiento social, etc.
Todo el personal sanitario es probable que deba volver a esas largas jornadas laborales, en especial médicos y enfermeros que ponen todo de sí para atender a los enfermos de COVID que llegan a una hospitalización.
En las olas anteriores, el sistema de salud resistió en su conjunto, aunque se lamentaron bajas de profesionales de la primera “línea de fuego”. Veremos cuánto lo logra en este difícil contexto actual.