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Las primeras semanas del 2022 transcurren con un grave malestar del sector industrial yerbatero por la pérdida de terreno en el mercado exportador, lo cual además amenaza perjudicar a toda la cadena. En ese sentido, desde el sector de la molinería plantean un panorama de diversas complicaciones para todo el eslabón yerbatero, a partir de la reducción de las exportaciones, en desventaja con los envíos de Paraguay y Brasil.
Así, remarcan con preocupación que mientras crecen las exportaciones de los países limítrofes, la actividad local se ve limitada por los efectos del precio determinado para el producto.
A modo de ejemplo, apuntan que Siria, el principal comprador de yerba mate argentina, volcó su preferencia hacia la yerba de industria paraguaya, por conveniencias financieras.
Por ello, ven como una amenaza potencial la posibilidad que el vecino país se termine quedando con todo el mercado sirio, colocando su yerba a un menor precio que la opción argentina.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Raúl Ayala Torales, director titular por el sector industrial en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), explicó que: “El precio interno está alto porque el 80% de lo que se elabora queda en el mercado interno. Entonces, las empresas tienen que seguir comprando yerba para su producción propia”.
“Y si tienen un excedente lo exportan, pero por el costo de la materia prima el excedente que queda para exportar es caro en comparación con la yerba de Paraguay o Brasil”, subrayó.
“Estamos perdiendo mercado por una cuestión de costos. La yerba argentina está alrededor de 2.200 dólares por tonelada, y hay casi 800 dólares de diferencia con la yerba paraguaya y brasilera. Argentina exporta casi el 20% de la producción total, pero esa cantidad está disminuyendo”, analizó.
Y añadió: “A este paso, los 30 o 40 millones de kilos que se exportan por año, con un ingreso de dólares muy importante para la industria, la provincia y el país, es algo que se va a perder. El Gobierno provincial debería estar preocupado porque esto también complica a las arcas de la Provincia”.
Ayala Torales también comentó que “la exportación para las empresas representa un gran alivio porque nivela un poco la falta de rentabilidad del mercado interno, además de traducirse en el ingreso de divisas. Como el producto en este momento casi no tiene retenciones era un buen negocio la exportación de yerba mate. Sin embargo, los altos costos internos nos llevan a esta difícil situación”.
“Tenemos una distorsión del precio interno que genera estas consecuencias y que no serán solamente para el sector industrial si no que afectarán a toda la cadena yerbatera”, adelantó.
En relación al precio interno, recordó que “lo que fija la Nación a través de su laudo contempla en algunos aspectos un 35% de rentabilidad, pero eso, en realidad, no lo alcanza ninguna actividad comercial en la actualidad. Es algo imposible para una producción agrícola masiva. En este país una rentabilidad razonable para la industria no supera el 5% u 8%”.
Desventaja en la competencia
En relación a la reducción de cantidad de material exportado por la desventaja de costos contra los países vecinos, Ayala Torales planteó que “los que exportan yerba mate son algunos molinos y los secaderos. Hay secaderos que exportan canchada y eso se está acabando, y si el secadero no exporta deja de comprar al productor. Es una cadena, esto hoy tiene repercusiones en la molinería que exporta, pero después las complicaciones abarcan a todos”.
“La única forma de tener un producto exportable es poder competir con el precio, porque al mundo no le interesa si viene del campo argentino o paraguayo”, consideró y amplió: “Argentina es el primer elaborador mundial de yerba mate, Brasil segundo y Paraguay que queda tercera no nos llega ni a los talones, pero ahora nos come el saldo exportable. Brasil ya nos comió hace años el mercado uruguayo. Todos los uruguayos toman mate con yerba brasilera”.
“En Brasil no hay ninguna regulación a la producción de yerba mate. Las únicas son del Ministerio de Salud o del organismo equivalente a lo que en Argentina es la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para controlar la calidad de la yerba. Pero nosotros tenemos una gran cantidad de reglas y terminamos en la decisión de regular las plantaciones de yerba y ahora hasta se pretende regular la cosecha”, cuestionó.
Cada vez menos molinos
A modo general, el representante del sector industrial en el INYM sostuvo que “así fueron evolucionando los precios de la hoja verde a valores insostenibles para las industrias”.
“La industria que se sostiene es la que puede estar bien establecida, con un mercado muy consolidado y con rentabilidad mínima”, destacó.
“El primero que se ve perjudicado con todo esto es el que no tiene espalda para aguantar, que en este caso es el molino chico que no puede competir con una marca de primera que vende barato. Así se cerraron cientos de molinos, en Apóstoles en la década del 90 había 17 molinos de yerba mate y hoy quedan solamente dos. Antes había molinos chicos en toda la provincia de Misiones”, finalizó.