El presidente Alberto Fernández, quien conduce el destino de millones de argentinos, preguntó públicamente en tono de desconcierto: “Ya no sé qué más nos va a pasar a los argentinos…”
Un mandatario que se supone rodeado de ministros y otros centenares de funcionarios, con un comité científico de asesores y pudiendo contratar a los expertos que se le ocurran para dar certeza al rumbo del país, mostró en un acto público tanta o más incertidumbre que el resto de los argentinos que esperan todas las medidas necesarias para que el impacto de las imprevisiones (climáticas, sanitarias, económicas, etc) no sigan dañando a una sociedad golpeada por los acontecimientos.
El problema que viene teniendo el Presidente, es que muchas veces los especialistas le vienen advirtiendo qué más puede suceder y Fernández no toma en cuenta los informes y -lo que es peor- va a contramano de los estudios que le hacen llegar.
Valen algunos ejemplos: en medio de la campaña electoral del año pasado, “decretó” el fin de la pandemia. Hoy, hay ciudades donde no hay lugar en los centros asistenciales para tratar a enfermos de COVID-19 y pos COVID. Los centros de testeo no dan abasto. La explosión de casos tomó tal impulso que nos terminamos conformando con “hay menos muertos que antes”. Pero hay muertos. Y los eventos masivos sin protocolo alguno siguen saliendo.
En economía, se siguen promoviendo planes y programas de consumo pero cada vez son más los productos que no se pueden entregar en tiempo y forma, porque muchas industrias y fábricas más pequeñas están paralizadas por contagios y vacaciones de verano. Sin certezas de cuándo podrán retomar la producción y abastecer la demanda. Pero los comercios siguen facturando por algo que no saben si van a poder cumplir.
El Previaje turístico, que fue un “boom” de los últimos meses, sigue tomando a crédito miles de millones de pesos que el Estado difícilmente pueda cumplir con el subsidio en los tiempos que los prestadores van a empezar a requerir. Sin olvidar los contratiempos en vuelos que se vienen originando por la afectación de la pandemia.
El argentino de a pie sí debe estar preguntándose qué más nos va a pasar. El Presidente debería tener las respuestas necesarias para que la fuerza productiva, el obrero, las familias tengan una mínima noción de qué país tendremos al menos en el corto o mediano plazo.