Desde hace varios meses el déficit hídrico golpea a Misiones. Los cultivos y los animales están padeciendo por la falta de agua. Incluso, los productores aseguraron que las pérdidas superan el 50% en lo que respecta a las plantaciones de yerba mate, té, maíz y hortícolas.
Pero, más allá de los daños en las producciones, el suelo también padece de un deterioro por las altas temperaturas y la falta de humedad.
Al respecto, el ingeniero agrónomo, Sebastián Bárbaro, responsable del grupo de Recursos Naturales en la Estación Experimental de Cerro Azul del INTA, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “el suelo sufre ante muchos días de falta de lluvia”.
Agregó que “tiene cierta capacidad de retención de agua, pero -la misma- actualmente está entrando en un déficit”. En lo que respecta a las consecuencias, el profesional comentó que “toda acción tiene una reacción y una consecuencia, ya sea que se haga en exceso o déficit”.
Por un lado, la falta de agua afecta al crecimiento de las plantas de cobertura espontánea, como las malezas. “Todo eso (la maleza) a la larga termina siendo una incorporación de materia orgánica en el suelo. Es como una renovación del ciclo en el suelo, si no hay aporte de plantas, especies o de materia orgánica en el suelo tampoco hay aporte de nitrógeno o de potasio porque todo eso se genera gracias a la cubierta”, mencionó.
Asimismo, al no crecer diversas especies como la yerba mate, el maíz, las coberturas espontáneas, entre otras, el suelo queda descubierto a los rayos del sol.
La semana pasada en la región se registró una ola de calor con temperaturas muy elevadas. “Las temperaturas, en el suelo donde no está cubierto, rondan entre los 55 o 57 grados. Y eso tiene un impacto muy fuerte sobre la biología y la fertilidad biológica del suelo, es decir sobre las bacterias, los hongos; la fauna y la flora que habitan en el suelo. Hay un impacto importante por las altas temperaturas y la falta de agua”.
Las plantaciones
El ingeniero agrónomo habló sobre cómo la falta de agua afecta a las distintas plantas dependiendo del tamaño de las raíces. Comentó que “todavía se ve que hay plantas de yerba mate o árboles que se mantienen vivos, esto es porque están sacando el agua que se encuentra por debajo de los 60 centímetros o de un metro de profundidad”, sostuvo.
Pero, recordó que “hay ciertas especies como el maíz o el tabaco que las raíces son más superficiales y son las que más sufren porque esa primera capa hasta los 50 centímetros es la que está más seca”.
Agregó que “esas plantaciones son las que obtienen el agua de esa parte (superficie) por eso son las que más sufren; al igual que los plantines nuevos de yerba mate”.
“Las raíces más superficiales que son las que actúan en la absorción del potasio, nitrógeno, fósforo o todo lo que necesita la planta para crecer, pero al estar seca no tiene ese medio para que el nutriente ingrese a la planta”, deslizó.
También apuntó que “podemos tener una planta adulta de yerba de 15 años que no murió, pero tampoco crece o no larga brotes porque el nutriente, como el nitrógeno, ingresa a la planta gracias al agua. Es decir que el nitrógeno entra cuando la planta, por medio de sus raíces, toma agua y eso es lo que favorece al crecimiento y que tenga brotes”.