Muchas veces vemos personas muy bellas, de esas que consideramos muy bellas, pero que van caminando encorvadas o se sientan con la espalda en joroba, con los hombros hacia adelante. Estas posturas hablan de baja autoestima, de tristeza y desolación y la persona ya no es la misma. Sin embargo vemos otras personas que pueden no ser tan atractivas pero su manera de pararse, forma de caminar y de sentarse nos hacen querer mirarlas y sentir una cierta admiración. Podemos ser así con tan solo prestar atención.
Cuida tu postura corporal: la manera como te sientas y te paras dice mucho de cómo piensas respecto a ti misma. Quienes tienen una buena postura, con su comunicación no verbal envían señales al mundo de que se sienten confiados y bellos. Aun cuando no te sientas hermosa, sentarte o pararte bien con los hombros hacia atrás irradiará tu seguridad al mundo exterior. Cada vez que te des cuenta de que te encorvas, date unos segundos para corregir tu postura. Te sentirás más tranquila y segura.
Consiéntete: en ocasiones sólo necesitas consentirte un poco para sentirte bella. Cuando te sientas cansada, estresada o nerviosa, probablemente no te sentirás muy fabulosa. Trata de tomar un descanso durante una hora o, inclusive, si puedes, un día y reconéctate con el verdadero yo. Si tu estado de ánimo está relajado, es más probable que tengas sentimientos positivos hacia ti misma. Puedes probar con alguna actividad de relajación, ya sea pasear por el parque (con protector solar, por supuesto), ir al salón de belleza o comprarte un nuevo atuendo. Mi preferido es un baño de burbujas, con velas, una mascarilla y un exfoliador.
Felicítate por cada logro. Cada día es motivo para felicitarte, ya sea porque haberte levantado a la hora que dijiste, por haber cumplido una tarea, por haberte cepillado el pelo con amor, felicítate y dí: “bien por mi”, ¡cada vez me sale mejor!