Cada 9 de febrero se celebra el Día Mundial de la Pizza, una de las comidas más consumidas en todo el mundo y que a todos gusta, debido a la diversidad de ingredientes con los que puede ser servida.
A tal punto llega su trascendencia que en 2017 fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, debido a su rol en la vida social y la transmisión de este arte culinario entre generaciones.
Fue aprobado por el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en reunión efectuada en la isla de Jeju (Corea del Sur), respaldado por una petición mundial de más de dos millones de firmas.
A pesar de su origen italiano, la palabra pizza proviene del griego “pēktos”, que significa “sólido” o “coagulado”. La base es una masa, generalmente circular (aunque también puede ser rectangular o de cualquier otra forma), elaborada con harina de trigo, sal agua y levadura.
Cuando se tiene la base, lo habitual es echarle salsa de tomate y queso mozzarella y, encima, los ingredientes que se deseen, desde piña hasta anchoas, alcaparras, aceitunas, jamón, maíz, verduritas… todo lo que se desee y en la combinación que se quiera.
La forma tradicional -y mejor- de cocinarla es en horno de leña, aunque es bastante habitual usar hornos domésticos, sobre todo si se trata de pizzas precocinadas.
Se cree que el antecedente de la pizza es el pan que se consumía en las antiguas culturas de Egipto, Persia, Grecia y Roma.
En el periodo 521-500 a.C., los soldados persas comían una especie de pan plano en el que ponían dátiles y queso fundido, lo mismo que en la antigua Roma, donde los soldados hacían lo propio con un pan plano al que echaban aceite de oliva macerado con distintas hierbas.
Sin embargo, la pizza que se conoce hoy en día se originó en la ciudad italiana de Nápoles, y se dice que las personas que vivían allí le ponían tomate a un pan plano elaborado a base de levadura. Y todo indica que el creador de la pizza moderna fue el panadero Raffaele Esposito, que vivía allí.
De acuerdo a una leyenda urbana muy popular, Esposito se inventó una pizza en el año 1889 en honor a la reina Margherita, a la que bautizó como pizza margarita.
Lo cierto es que la fecha comenzó a celebrarse el 9 de febrero, en Nápoles, en el siglo X y corresponde al día en que supuestamente se creó la receta de la pizza.