Este martes la Cámara Penal de Puerto Madryn confirmó prisión perpetua para Manuel Antonio Ávila, el albañil que golpeo y degolló a su hija de 6 años, Martina. El crimen ocurrió en abril del 2019 en Chubut, y lo primero que el hombre les dijo a los oficiales después del asesinato fue: “Policía lléveme preso, maté a mi hija”.
La sentencia de perpetua fue dada en septiembre del año pasado pero el defensor público, Digo Trad pidió que la Justicia tome en cuenta la aplicación de circunstancias extraordinarias de atenuación, para que así la pena sea solo entre 8 y 25 años de cárcel. Y también el abogado solicitó que se declare inconstitucional la prisión perpetua en este caso en particular.
Por su parte los camaristas Rafael Lucchelli, Leonardo Pitcovsky y Flavia Trincheri rechazaron las dos propuestas, en un fallo que se comunicó por correo electrónico este mediodía, según confirmaron desde el Ministerio Publico Fiscal de Chubut. Ávila, por lo tanto, seguirá recluido en la Alcaldía de Comodoro Rivadavia.
Sobre el crimen
El 13 de abril del 2019, cerca de las 20 horas los gritos de Ávila retumbaron por todo el barrio San Miguel de Puerto Madryn, alertando a un albañil que salió de su casa que se acercó rápidamente a alertar a otro vecino, el policía Rodrigo Lamas. Mientras que el hombre gritaba histéricamente: “Lléveme preso, mate a mi hija”.
El policía se acerco a su vecino que gritaba exaltado con un cuchillo en la mano y el torso desnudo ensangrentado. De inmediato avisó a la policía y salió a buscar al hombre que salió huyendo del lugar. “Cuando me vio, salió corriendo. Di aviso a la Policía y a los tres minutos llegó el móvil. Ellos entraron a su casa y salían rápido agarrándose la cabeza. ‘Se la mandó’, gritaban”, recordó durante el juicio el agente.
“Después, entré yo a la casa y vi a la nena tirada en el piso. Le tomé el pulso y no tenía, así que salí para no contaminar la escena. No quise mirar más porque yo también tengo una hija”, continuó.
Por su parte el abogado de Ávila sostuvo que el asesinato se llevo a cabo en una “circunstancia extraordinaria” y que su defendido “la mató para evitar el sufrimiento de la niña”.
“Planteó que Ávila no podía solucionar solo los problemas de salud de la niña y sentía una supuesta angustia de no saber qué sucedería con ella si él o su madre no estuvieran con vida para ayudarla. Que eso lo llevó a ingresar en una encrucijada de la que no pudo salir”, indicaron las fuentes. Por esto pidió que la pena sea entre 8 y 25 años. Y por la condena de perpetua, propuso arbitrariedad en la valoración de la prueba.
La defensa resultó un tanto imposible de creer para la fiscalía “De los propios testimonios reproducidos en el debate surge que la niña era feliz, se relacionaba con otros chicos, jugaba, había sido abanderada de jardín. Nada le impedía desarrollar una vida normal acorde a su edad”, concluyó la investigación.
Fuente: Infobae